La dádiva de la mano de cada uno debe ser en proporción con la bendición de Jehová tu Dios que él te haya dado (Deut. 16:17).
En cierto país africano muy pobre, algunos hermanos separan una pequeña sección de su huerto y usan el dinero que sacan de ella para apoyar la obra del Reino. En ese mismo país se necesitaba un nuevo Salón del Reino. Los hermanos querían participar en su construcción, pero esta se programó para la época de la siembra. ¿Los detuvo esto? Para nada. Iban a trabajar al salón durante el día, y por la noche sembraban sus cultivos. ¡Qué espíritu de sacrificio! Nos recuerdan a los hermanos del siglo primero que vivían en Macedonia. Aunque estaban sumidos en una “profunda pobreza”, rogaron que los dejaran ayudar a sus hermanos necesitados (2 Cor. 8:1-4). De igual modo, que cada uno de nosotros dé “en proporción con la bendición de Jehová” que ha recibido, es decir, con lo poco o mucho que tenga. w13 15/12 2:15
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