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jueves, 8 de septiembre de 2016

Sábado 10 de septiembre
La puerta fue cerrada (Mat. 25:10).
Antes de que empiece la gran tribulación, los ungidos fieles recibirán su sello definitivo (Rev. 7:1-4). Eso quiere decir que, a partir de ese momento, es seguro que irán al cielo. Pero pensemos ahora en los años previos a la gran tribulación. ¿Qué ocurrirá si algunos ungidos no se han mantenido alerta o se han vuelto infieles? No recibirán el sello final, por lo tanto, no irán al cielo. En tal caso, cuando comience la gran tribulación, otros cristianos fieles habrán sido ungidos y los habrán reemplazado. Entonces, al ver la destrucción de todas las religiones falsas, es probable que quienes se han hecho infieles se sorprendan. ¿Por qué? Porque puede que sea en ese momento cuando comprendan que no están listos para la llegada del Novio. ¿Qué pasará si a esa hora de la noche piden ayuda desesperadamente? Jesús da la respuesta. Ya será demasiado tarde (Mat. 25:1-13). w15 15/3 2:4, 11

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