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viernes, 30 de septiembre de 2016

Viernes 30 de septiembre
Una cosa he pedido a Jehová... es lo que buscaré, que pueda morar en la casa de Jehová todos los días de mi vida (Sal. 27:4).

Los miembros del pueblo de Dios tenemos una preciosa oportunidad: hablarles a nuestros semejantes del nuevo mundo que Jehová ha prometido (2 Ped. 3:13). Allí, “los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Sal. 37:11). “Edificarán casas, y las ocuparán”, y disfrutarán de “la obra de sus propias manos” (Is. 65:21, 22). No habrá más opresión ni pobreza ni hambre (Sal. 72:13-16). Babilonia la Grande no engañará a nadie más porque ya no existirá (Rev. 18:8, 21). Los muertos resucitarán y tendrán la oportunidad de vivir para siempre (Is. 25:8; Hech. 24:15). Un porvenir emocionante, ¿no es cierto? Los que nos hemos dedicado a Jehová somos millones. Ahora bien, para ver cumplidas esas promesas, cada uno tiene que seguir progresando espiritualmente, avanzando al paso de la organización de Dios. w14 15/5 4:16, 17

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Miércoles 28 de septiembre
El amor es tan fuerte como la muerte (Cant. de Cant. 8:6).

El matrimonio tiene que estar caracterizado por el amor. Pero ¿qué clase de amor? ¿El amor basado en principios bíblicos que debemos tenerles a todas las personas? (1 Juan 4:8.) ¿El que sentimos de manera natural por nuestra familia? ¿El cariño especial que nos une a nuestros amigos? (Juan 11:3.) ¿O, quizás, el amor romántico que surge entre un hombre y una mujer? (Prov. 5:15-20.) En realidad, el amor en el matrimonio debe incluir todos estos sentimientos. Y es importante que el esposo y la esposa se demuestren ese amor con palabras y hechos. ¡Nunca deben permitir que los quehaceres del día a día los priven de hacerlo! Las muestras de cariño contribuyen mucho a que sean felices y estén unidos. Esto es muy cierto también en las culturas en que los matrimonios son concertados. En ocasiones, los novios apenas han podido conocerse antes de la boda. A medida que se van conociendo y su amor crece, tienen que confirmarse lo que sienten. Así su matrimonio se fortalecerá y se acercarán más el uno al otro. w15 15/1 5:9

martes, 27 de septiembre de 2016

Martes 27 de septiembre
El procónsul se hizo creyente (Hech. 13:12).

Como los judíos estaban tan dispersados por el Imperio romano, muchos no judíos llegaron a conocer las Escrituras Hebreas. Aprendieron que solo hay un Dios verdadero y que quienes le sirven tienen que vivir según elevadas normas morales y éticas. Las Escrituras Hebreas también contenían muchas profecías sobre el Mesías (Luc. 24:44). Tanto los judíos como los cristianos veían esos escritos como Palabra de Dios, por lo que Pablo pudo aprovechar ese punto en común para llegarles al corazón a los que eran sinceros. Tenía la costumbre de ir a las sinagogas de los judíos y allí explicarles las Escrituras (Hech. 17:1, 2). Los judíos se reunían regularmente en sinagogas o en otros lugares al aire libre. Cantaban alabanzas, oraban y analizaban juntos las Escrituras. Los discípulos adoptaron las mismas costumbres y, de hecho, hoy seguimos un modelo parecido. w15 15/2 3:16, 17

domingo, 25 de septiembre de 2016

Domingo 25 de septiembre
Lo hallaron en el templo (Luc. 2:46).

Jehová nos ayuda a mantener la unidad mediante las reuniones. Hebreos 10:24, 25 nos recuerda que una de las razones para no faltar a ellas es que nos motivan “al amor y a las obras excelentes”. Pero es interesante que, además, Jehová nos dé las reuniones para que nos animemos mutuamente a medida que “el día se acerca”. Jesús es un buen ejemplo para nosotros porque apreciaba reunirse con el pueblo de Dios. A la edad de 12 años, fue con sus padres a una gran reunión en el templo. Durante el regreso, José y María no lograban encontrarlo, pero no porque se hubiera ido por ahí con otros jóvenes. Más bien, lo hallaron hablando de asuntos espirituales con los maestros del templo. No solo los adultos pueden y deben asistir a las reuniones. Si eres joven, piensa si estás aprovechándolas al máximo para fortalecer la unidad con los hermanos de la congregación. w14 15/12 3:16-18

sábado, 24 de septiembre de 2016

Sábado 24 de septiembre
En cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él (Gén. 2:17).

Adán informó a Eva del mandato que le había dado Dios. Ella lo conocía tan bien que fue capaz de repetirlo casi palabra por palabra (Gén. 3:1-3). Se lo repitió a una serpiente. Pero detrás de esa serpiente estaba Satanás, un hijo espiritual de Dios que se había dejado llevar por su deseo de poder e independencia (compare con Santiago 1:14, 15). Para lograr su malvado propósito, acusó a Dios de mentiroso. Le aseguró a Eva que no tendría que morir si desobedecía. Es más, le dijo que llegaría a ser como Dios (Gén. 3:4, 5). Eva le creyó y comió del fruto, demostrando así que quería ser independiente. Luego convenció a Adán de que hiciera lo mismo (Gén. 3:6, 17). Satanás la había engañado (1 Tim. 2:14). Y aunque Adán sabía que comer del fruto estaba mal, hizo caso a su esposa. La serpiente parecía ser buena, pero el cruel enemigo que se escondía detrás de ella conocía perfectamente las fatales consecuencias que tendría su mentira. w14 15/9 4:3, 5

viernes, 23 de septiembre de 2016

Viernes 23 de septiembre

Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios (1 Ped. 2:12).
Nosotros necesitamos cultivar cualidades que nos ayuden a pasar “la gran tribulación” y entrar en el nuevo mundo (Rev. 7:14). ¿Sabemos llevarnos bien con todo tipo de personas, incluidas las que parecen ofenderse o enojarse enseguida? El apóstol Pedro dijo: “Honren a hombres de toda clase, tengan amor a toda la asociación de hermanos” (1 Ped. 2:17). Sea que estemos en casa, en el trabajo, en la escuela, disfrutando de nuestro tiempo libre o predicando, hacemos lo posible por darle gloria a Jehová con nuestra conducta. Claro, todos cometemos errores (Rom. 3:23). Pero, si seguimos peleando “la excelente pelea de la fe”, podremos ganarles la batalla a nuestras malas inclinaciones (1 Tim. 6:12). w14 15/10 4:14, 16

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Jueves 22 de septiembre
Esto es lo que has de decir a los hijos de Israel: “Yo resultaré ser me ha enviado a ustedes” (Éx. 3:14).

Para aumentar nuestro aprecio por el honor de llevar el nombre de Dios, meditemos en su significado. El nombre divino, que suele traducirse “Jehová”, procede de un verbo hebreo que puede traducirse “llegar a ser” y expresa acción. Cuando Jehová le encargó a Moisés que sacara a su pueblo de Egipto, reveló un aspecto de su personalidad. Para describir su nombre usó un verbo relacionado con el verbo del que proviene, esta vez en primera persona. Según el relato bíblico, “Dios dijo a Moisés: ‘Yo resultaré ser lo que resultaré ser’ [o, “Yo Llegaré a Ser lo que yo quiera”]” (Éx. 3:14; nota). Jehová llega a ser lo que en cualquier circunstancia haga falta para cumplir su propósito. Para los israelitas, que habían sido esclavos, llegó a ser su libertador, su protector y su guía, así como el proveedor de todo lo que necesitaban, tanto en sentido físico como espiritual. w14 15/7 3:14, 15
Miércoles 21 de septiembre
Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres (Col. 2:8).

Cuando una enfermedad se detecta pronto, hay más posibilidades de que el paciente se salve. De forma parecida, si detectamos enseguida cualquier mala inclinación y actuamos de inmediato, evitaremos ser “pescados vivos” por Satanás para hacer lo que él quiere (2 Tim. 2:26). Por lo tanto, si nos damos cuenta de que hemos permitido que nuestros pensamientos y deseos se alejen de lo que Jehová espera, ¿qué debemos hacer? Volver humildemente a él sin perder un segundo, abrir de par en par los oídos y escuchar sus consejos con todo el corazón (Is. 44:22). Una decisión mal tomada podría dejarnos marcados y provocarnos mucho sufrimiento en este sistema de cosas. Por eso, ¡cuánto mejor es que reaccionemos antes de caer en la trampa! w14 15/8 4:7, 9

lunes, 19 de septiembre de 2016

Martes 20 de septiembre
¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados (1 Rey. 19:4).

¿Cómo reaccionó Jehová cuando miró desde el cielo y vio a su fiel profeta Elías tan desesperado? ¿Lo rechazó por perder el valor y deprimirse? ¡Claro que no! Más bien, tuvo en cuenta sus limitaciones y le envió un ángel. Este lo animó dos veces a comer para que el viaje que tenía por delante no fuera “demasiado para [él]” (1 Rey. 19:5-8). Como vemos, antes de darle instrucción alguna, Jehová lo escuchó y tomó medidas prácticas para sostenerlo. ¿Cómo podemos imitar a nuestro amoroso Dios? No debemos apresurarnos a dar consejos (Prov. 18:13). Es mejor que primero nos tomemos el tiempo necesario para escuchar con comprensión a quienes piensan que son “menos honorables”, o valen menos, debido a sus circunstancias (1 Cor. 12:23). Eso nos permitirá saber cuáles son sus verdaderas necesidades y entonces ayudarlos. w14 15/6 3:14-16

domingo, 18 de septiembre de 2016

Lunes 19 de septiembre
El que toma prestado es siervo del que hace el préstamo (Prov. 22:7).

Jehová sabe que necesitamos algo de dinero para subsistir. Pero el dinero no puede protegernos ni ayudarnos como la sabiduría divina (Ecl. 7:12; Luc. 12:15). Muchos no han calculado bien el gasto de ir a vivir al extranjero, y encima allá no hay garantías de ganar más. De hecho, hay serios peligros. Muchos regresan a su país con deudas aún mayores. En vez de estar más libres para servir a Dios, acaban esclavizados a quienes les han prestado dinero. La sabiduría divina enseña que, de entrada, lo mejor es no endeudarse. Para no tener que lamentar sus decisiones, busque la guía de Jehová antes de tomarlas y comprometerse, no después. Pídale guía, espíritu santo y sabiduría (2 Tim. 1:7). Hable con los ancianos y siga sus consejos basados en la Biblia. Así demostrará que confía en que Jehová lo ayudará como ha prometido (2 Cor. 1:24). w14 15/4 4:10, 17

viernes, 16 de septiembre de 2016

Viernes 16 de septiembre
Ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre (Heb. 13:15).

Debemos dar a conocer el santo nombre de Jehová mediante la predicación. Claro está, no todos tenemos las mismas circunstancias ni la misma salud, pero lo importante es que siempre le demos a Jehová lo mejor de nosotros mismos. Por ejemplo, quienes no pueden salir de su casa debido a la edad avanzada o la mala salud dan testimonio por carta o por teléfono y predican a quienes van a verlos. De esa manera también alaban a Jehová (Rom. 12:1; 2 Tim. 2:15). Cuando le ofrecemos sacrificios de alabanza a Jehová, no lo hacemos obligados, sino movidos por el profundo amor que le tenemos (Mat. 22:37, 38). Está claro que todos queremos que Jehová acepte nuestros sacrificios de alabanza. Por eso, preguntémonos: “¿Estoy permitiendo que la televisión, los videojuegos, el deporte o los pasatiempos me impidan progresar?”. w14 15/11 3:12-14

jueves, 15 de septiembre de 2016

Jueves 15 de septiembre

Que trabajen en lo bueno, atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es (1 Tim. 6:18, 19).
A pesar de nuestras debilidades y defectos, a Jehová le hace feliz que seamos sus colaboradores. ¿Valoramos el privilegio de trabajar con él en estos últimos días? Si es así, estaremos dispuestos a esperar al nuevo mundo para satisfacer nuestros deseos personales. Cuando llegue ese día, disfrutaremos de la verdadera vida, la vida eterna en paz y felicidad. Pensemos en lo que Moisés les dijo a los israelitas poco antes de que entraran en la Tierra Prometida: “Jehová tu Dios verdaderamente hará que tengas más de lo suficiente en toda obra de tu mano” (Deut. 30:9). Después del Armagedón, Jehová cumplirá su promesa de entregar la Tierra a quienes hayamos trabajado con él. Entonces recibiremos una nueva misión: hacer de este planeta un hermoso paraíso. w14 15/10 3:18, 19

martes, 13 de septiembre de 2016

Martes 13 de septiembre
Acercarme a Dios es bueno para mí (Sal. 73:28).

Si meditamos en lo que dice la Biblia de cómo trató Jehová a sus siervos fieles en el pasado, aprenderemos muchísimas cosas sobre nuestro Dios. Así llegaremos a conocerlo muy bien y a amarlo profundamente. Como resultado, nos sentiremos más cerca de él (Sal. 25:14). Nunca nos alejemos de Jehová. Si nos hemos distanciado algo de él, sigamos el consejo de Oseas 12:6: “A tu Dios debes volver, guardando bondad amorosa y justicia; y [...] [debes] esperar en tu Dios constantemente”. Acerquémonos cada vez más a Jehová meditando con aprecio en el rescate y estudiando con empeño su Palabra, la Biblia (Deut. 13:4). Sigamos aprendiendo más sobre él; así descubriremos más razones para amarlo. Si nos acercamos a Jehová, él se acercará a nosotros ¡ahora y por toda la eternidad! w14 15/8 3:16, 18, 19

lunes, 12 de septiembre de 2016

Lunes 12 de septiembre
Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, ustedes tienen que hacérselas a ellos (Mat. 7:12).

Hay dos cosas que podemos hacer para aplicar la Regla de Oro. La primera es preguntarnos: “Si yo estuviera en el lugar de la otra persona, ¿cómo me gustaría que me trataran?”. Y la segunda es actuar en armonía con eso para complacer a nuestro prójimo en lo que sea posible (1 Cor. 10:24). A menudo aplicamos esta regla con nuestros hermanos en la fe. Pero Jesús no dijo que solo la aplicáramos con ellos. De hecho, cuando la enseñó, estaba hablando de cómo tratar a la gente en general e incluso a nuestros enemigos (Luc. 6:27, 28, 31, 35). Si debemos seguir la Regla de Oro al tratar a nuestros enemigos, con mucha más razón debemos seguirla con quienes encontramos en el ministerio, muchos de los cuales quizás estén “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hech. 13:48). w14 15/5 2:2, 3

sábado, 10 de septiembre de 2016

Domingo 11 de septiembre
El temor de Jehová... eso es sabiduría (Job 28:28).

Para ayudar a Moisés a adquirir ese temor y actuar sabiamente, Jehová le hizo ver la diferencia que existe entre los humanos y él mismo, el Dios todopoderoso. Le preguntó: “¿Quién asignó boca al hombre o quién asigna al mudo o al sordo o al de vista perspicaz o al ciego? ¿No soy yo, Jehová?” (Éx. 4:11). Así que Moisés no debía sentir miedo. Jehová lo había enviado y le daría lo necesario para llevar su mensaje al faraón, que no era rival para el Todopoderoso. A fin de cuentas, no era la primera vez que los siervos de Dios estaban en peligro bajo los egipcios. Tal vez Moisés meditó en cómo Jehová había protegido a Abrahán, a José y hasta a él mismo en los reinados de faraones anteriores (Gén. 12:17-19; 41:14, 39-41; Éx. 1:22–2:10). Como veía a “Aquel que es invisible”, se presentó con valor ante el faraón y proclamó hasta la última de las palabras que debía proclamar (Heb. 11:27). w14 15/4 2:5, 6

jueves, 8 de septiembre de 2016

Sábado 10 de septiembre
La puerta fue cerrada (Mat. 25:10).
Antes de que empiece la gran tribulación, los ungidos fieles recibirán su sello definitivo (Rev. 7:1-4). Eso quiere decir que, a partir de ese momento, es seguro que irán al cielo. Pero pensemos ahora en los años previos a la gran tribulación. ¿Qué ocurrirá si algunos ungidos no se han mantenido alerta o se han vuelto infieles? No recibirán el sello final, por lo tanto, no irán al cielo. En tal caso, cuando comience la gran tribulación, otros cristianos fieles habrán sido ungidos y los habrán reemplazado. Entonces, al ver la destrucción de todas las religiones falsas, es probable que quienes se han hecho infieles se sorprendan. ¿Por qué? Porque puede que sea en ese momento cuando comprendan que no están listos para la llegada del Novio. ¿Qué pasará si a esa hora de la noche piden ayuda desesperadamente? Jesús da la respuesta. Ya será demasiado tarde (Mat. 25:1-13). w15 15/3 2:4, 11

Sigan haciendo esto en memoria de mí (1 Cor. 11:24).
Ya ha caído la noche sobre Jerusalén, pero la luna llena ilumina la ciudad. Es el 14 de nisán del año 33. Jesús y sus apóstoles acaban de celebrar la Pascua, que conmemora el momento en que los israelitas salieron libres de Egipto mil quinientos años atrás. Ahora, en compañía de sus 11 apóstoles fieles, Jesús instituye una cena especial. Mediante esa cena se recordará su muerte, que ocurrirá antes de que concluya el día (Mat. 26:1, 2). Después de orar, Jesús les pasa el pan sin levadura a sus apóstoles, y les dice: “Tomen, coman”. Entonces, sosteniendo una copa de vino, de nuevo hace una oración, y les dice: “Beban de ella, todos ustedes” (Mat. 26:26, 27). Ya no les ofreció más alimentos a sus fieles amigos, pero esa cena fue memorable, pues les enseñó muchas cosas importantes. Así fue como Jesús estableció la Conmemoración de su muerte, también llamada “la cena del Señor” (1 Cor. 11:20). w15 15/1 2:1-3

miércoles, 7 de septiembre de 2016


Les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras (Luc. 24:45).

El mismo día que Jesús resucitó, dos de sus discípulos caminaban hacia un pueblo que quedaba a unos 11 kilómetros (7 millas) de Jerusalén. No sabían que estaba vivo y se sentían desanimados por lo que había sucedido en los días anteriores. Pero, de repente, Jesús se les apareció, empezó a andar con ellos y se puso a consolarlos. ¿Cómo lo hizo? “Comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras.” (Luc. 24:13-15, 27.) ¡Qué emoción sintieron cuando él les explicó la Palabra de Dios con tanta claridad! (Luc. 24:32.) Esa tarde, aquellos dos discípulos regresaron a Jerusalén. Cuando encontraron a los apóstoles, les contaron lo que había ocurrido y, mientras hablaban, Jesús se les apareció a todos. Los apóstoles se asustaron mucho y comenzaron a dudar de que la persona que veían fuera en realidad Jesús. Pero él los fortaleció haciendo lo que dice el texto del día. w14 15/12 2:1, 2

martes, 6 de septiembre de 2016


Tienen que resultar santos (Lev. 11:45).
Jehová espera que todos sus siervos sean santos, es decir, limpios en sentido espiritual, moral y físico. La santidad se menciona por toda la Biblia, pero sobre todo en el libro de Levítico. Por eso, conocer mejor este libro nos ayudará a ser santos. El libro de Levítico, que escribió Moisés, forma parte de “toda [la] Escritura” que es útil para enseñar (2 Tim. 3:16). El nombre de Jehová aparece unas 10 veces en cada capítulo. Analizar este libro nos dará las fuerzas para no hacer nada que pueda manchar ese nombre (Lev. 22:32). La expresión “Yo soy Jehová”, que se repite vez tras vez, nos recuerda la importancia de obedecer a Dios. Como se indica en el capítulo 8 de Levítico, Jehová eligió a Aarón para que fuera el sumo sacerdote de Israel y a sus hijos para que fueran sacerdotes. Aarón representa a Jesucristo, y sus hijos representan a los ungidos. w14 15/11 2:1-3

lunes, 5 de septiembre de 2016


Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa (2 Ped. 2:9).

Hoy día, muchos hermanos demuestran decisión cuando son perseguidos. Por ejemplo, algunos Testigos de cierto país llevan aguantando casi veinte años en prisión por permanecer neutrales en asuntos políticos. No se les ha permitido recibir visitas, ni siquiera de sus familiares, y algunos han sufrido golpes y distintas formas de tortura. En muchas partes, nuestros hermanos aguantan tribulaciones que se presentan de repente. Si a usted lo sorprende alguna prueba inesperada, no tenga miedo. Piense en José. Fue vendido como esclavo, pero Jehová “lo libró de todas sus tribulaciones” (Hech. 7:9, 10). Lo mismo puede hacer por usted. Tenemos razones de sobra para confiar en él y enfrentarnos con valentía a la persecución. Sabemos que puede librarnos de este mundo malvado y permitirnos vivir para siempre bajo su Reino (1 Ped. 5:8, 9). w14 15/9 2:9

domingo, 4 de septiembre de 2016


Aquí está la sangre del pacto que Jehová ha celebrado con ustedes (Éx. 24:8).

Mediante el pacto de la Ley, Dios separó a la nación de Israel como su nación escogida. En ese momento llegó a ser su Juez, su Legislador y su Rey (Is. 33:22). La historia de Israel muestra lo que pasa cuando se obedecen las justas normas de Dios y también cuando se desobedecen. La Ley prohibía casarse con paganos y adorar a dioses falsos, pues su objetivo era impedir que la línea por la que vendría la descendencia de Abrahán se contaminara (Éx. 20:4-6; 34:12-16). Ese pacto les daba a los israelitas la oportunidad excepcional de convertirse en “un reino de sacerdotes” si obedecían las leyes de Jehová (Éx. 19:5, 6). Sin embargo, Israel no cumplió este requisito. Y en vez de dar la bienvenida al Mesías —la parte principal de la descendencia de Abrahán—, la nación lo rechazó. Así que Dios rechazó a la nación. w14 15/10 2:3-5

sábado, 3 de septiembre de 2016


Daré a pueblos el cambio a un lenguaje puro, para que todos ellos invoquen el nombre de Jehová, para servirle hombro a hombro (Sof. 3:9).

No hay ninguna duda de que Jehová bendice la labor evangelizadora de las cristianas y las apoya en tiempos difíciles. Por ejemplo, ayudó a nuestras hermanas a mantenerse leales bajo el nazismo y el comunismo. Muchas de ellas sufrieron y hasta perdieron la vida por obedecer a Dios (Hech. 5:29). Hoy igual que en el pasado, todos los cristianos, tanto hombres como mujeres, han elegido a Jehová como su gobernante. Y él, como hizo con los israelitas de la antigüedad, los toma de la mano y les dice: “No tengas miedo. Yo mismo ciertamente te ayudaré” (Is. 41:10-13). Muy pronto, hombres y mujeres fieles transformarán la Tierra en un paraíso y enseñarán a millones de resucitados los propósitos de Jehová. Hasta entonces, atesoremos todos nuestro privilegio de servir “hombro a hombro” a nuestro Dios. w14 15/8 1:21, 22

viernes, 2 de septiembre de 2016


Que renuncie a la injusticia todo el que nombra el nombre de Jehová (2 Tim. 2:19).
En las Escrituras Hebreas no hay ningún texto que encaje con estas palabras. Entonces, ¿a qué estaba haciendo referencia el apóstol Pablo? Inmediatamente antes, había citado del capítulo 16 de Números, que contiene el relato de la rebelión de Coré. La Biblia dice que Datán y Abiram, hijos de Eliab, se unieron a Coré en encabezar la rebelión contra Moisés y Aarón (Núm. 16:1-5). El relato señala: “Jehová habló a Moisés, y dijo: ‘Habla a la asamblea, y di: “¡Retírense de alrededor de los tabernáculos de Coré, Datán y Abiram!”’”. Entonces Jehová dio muerte a todos los rebeldes. En cambio, los fieles siguieron con vida, pues al apartarse de los rebeldes demostraron que renunciaban a la injusticia. Por lo tanto, es posible que Pablo se refiriera al relato de Números 16:5, 23-27. Esta conclusión tiene lógica en vista de que justo antes escribió las palabras “Jehová conoce a los que le pertenecen” (2 Tim. 2:19). w14 15/7 2:4-7