Con su brazo juntará los corderos (Is. 40:11).
Jehová está al tanto de las necesidades de los miembros de la congregación y con gusto les presta los cuidados que requieren. Y lo mismo que un pastor lleva a un corderito recién nacido en el pliegue de su ropa cuando es preciso, Jehová —“el Padre de tiernas misericordias”— nos llevará a nosotros en los momentos difíciles. Nos consolará y dará fuerzas cuando nos enfrentemos a pruebas severas o tengamos alguna necesidad especial (2 Cor. 1:3, 4). Al igual que Jehová, los pastores espirituales deben estar atentos a las circunstancias de las ovejas. ¿Por qué? Porque si conocen las dificultades que las ovejas atraviesan y sus necesidades inmediatas, podrán brindarles el ánimo y el apoyo que necesitan (Prov. 27:23). Es obvio, pues, que los ancianos deben tener una buena comunicación con sus hermanos en la fe. Aunque respetan su intimidad, se interesan en lo que ven y oyen en la congregación y se ofrecen bondadosamente a “prestar ayuda a los que son débiles” (Hech. 20:35; 1 Tes. 4:11). w13 15/11 5:5, 6
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