El defecto es de ellos mismos (Deut. 32:5).
Hoy día vemos el hogar del hombre echado a perder por la contaminación, la violencia y la inmoralidad. Como estudiantes de la Biblia, sabemos que Jehová no puede ser el causante de ninguno de esos problemas, pues creó nuestro planeta para que fuera un paraíso (Gén. 2:8, 15). Él es un Dios de amor (1 Juan 4:8). Nuestro estudio de las Escrituras nos ha ayudado a ver que el verdadero culpable de muchas de tales dificultades es Satanás, “el gobernante del mundo” (Juan 14:30; 2 Cor. 4:4). Sin embargo, la verdad es que no podemos culpar a Satanás de todos nuestros males. ¿Por qué no? Porque en algunos casos son consecuencia de nuestros propios errores (Deut. 32:4-6). Pero, aun si admitimos ese hecho, nuestra imperfección puede torcer nuestro modo de pensar y conducirnos por un camino que lleva al desastre (Prov. 14:12). ¿A qué nos referimos? A que en vez de echarnos a nosotros o a Satanás la culpa de determinado problema, podríamos empezar a culpar a Jehová; hasta podríamos llegar a enojarnos con él (Prov. 19:3). w13 15/8 2:2, 3
Tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido (Lev. 19:32).
Jehová nunca quiso que los seres humanos sufriéramos los achaques de la edad. Al contrario, su propósito era que hombres y mujeres disfrutaran de una salud perfecta en el Paraíso. Pero la realidad es que “toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor” (Rom. 8:22). ¿Cómo cree usted que se siente Dios cuando ve los estragos que provoca el pecado en los seres humanos? Y, por si fuera poco, muchas personas mayores se ven abandonadas justo en esa etapa de la vida, cuando más ayuda necesitan (Sal. 39:5; 2 Tim. 3:3). Los siervos de Jehová agradecemos tener hombres y mujeres mayores en la congregación. Su experiencia nos beneficia y su fe nos inspira. Seamos parientes suyos o no, a todos nos preocupa su bienestar (Gál. 6:10; 1 Ped. 1:22). Así es, mostrar consideración a las personas de edad avanzada era una importante responsabilidad para los siervos de Dios cuando se escribieron las palabras del texto de hoy, y también lo sigue siendo en la actualidad. w14 15/3 3:1, 2, 5