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miércoles, 29 de junio de 2016

Que el esposo dé a su esposa lo que le es debido; pero que la esposa haga lo mismo también a su esposo (1 Cor. 7:3).

El esposo debe comprender que para satisfacer las necesidades emocionales y sexuales de su esposa no basta con tener relaciones con ella. La esposa seguramente disfrutará más de las relaciones sexuales si él le demuestra afecto también en otras ocasiones. Cuando los dos tienen en cuenta a su pareja y le demuestran amor y cariño, será más fácil que satisfagan mutuamente sus necesidades. No hay excusa para ser infiel, pero la falta de ternura podría llevar a uno de los dos a buscar esa intimidad en otra persona (Prov. 5:18; Ecl. 9:9). Si en vez de buscar “su propia ventaja”, buscan “la de la otra persona” y satisfacen sus necesidades emocionales y sexuales por amor y no por un sentido del deber, fortalecerán los lazos de su matrimonio (1 Cor. 10:24). w15 15/1 4:16-18

martes, 28 de junio de 2016

Incesantemente tenemos presentes su fiel obra y su amorosa labor (1 Tes. 1:3).

Los siervos de tiempo completo tienen grandes responsabilidades en la obra más importante de todos los tiempos (Mat. 28:19, 20). ¿Puede usted o su congregación colaborar con aquellos que tienen padres mayores o enfermos? Quienes se deciden por el servicio de tiempo completo no lo hacen para sacar beneficio económico, sino para dar lo mejor de sí mismos a Jehová y al prójimo. Y agradecen cualquier ayuda que les prestemos. Cierta hermana que sirve en el extranjero lo expresa así: “Una simple nota de agradecimiento es suficiente para confirmarte que te tienen presente y que aprecian lo que haces”. Los siervos de tiempo completo han elegido la mejor forma de vivir. Es una experiencia emocionante, una escuela que los prepara para la vida bajo el Reino de Dios, cuando todos disfrutemos de servirle a plenitud día tras día. Por eso, apoyemos a quienes sirven a tiempo completo. w14 15/9 5:20-22

domingo, 26 de junio de 2016

Acerquémonos con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado (Heb. 4:16).

Jehová solo quiere nuestro bien (Sal. 1:1-3). Nos da guía en abundancia y justo cuando nos hace falta. Hasta Jesús, que era perfecto, necesitaba comunicarse constantemente con Jehová, así que oraba sin cesar. Y Jehová lo apoyó y lo dirigió de maneras extraordinarias. Envió ángeles para que le sirvieran, le dio su espíritu santo y lo guió cuando seleccionó a los 12 apóstoles. Además, habló desde los cielos para demostrar que su Hijo tenía su apoyo y aprobación (Mat. 3:17; 17:5; Mar. 1:12, 13; Luc. 6:12, 13; Juan 12:28). Nosotros, al igual que Jesús, tenemos que abrirle nuestro corazón a Jehová (Sal. 62:7, 8; Heb. 5:7). De esa forma podremos mantener una buena comunicación con él y vivir de tal modo que lo glorifiquemos. w14 15/8 4:15

sábado, 25 de junio de 2016

Domingo 26 de junio
Habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder (Mat. 24:21).

La parte terrestre de la organización de Jehová avanza de varias maneras. Por ejemplo, cada día comprendemos mejor la verdad. Es lógico que sea así, pues “la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido” (Prov. 4:18). Ahora bien, deberíamos preguntarnos: “¿Estoy yo al día con la manera de entender la verdad bíblica? ¿Leo la Biblia a diario? ¿Estoy ansioso por leer cada publicación nueva que sale? ¿Tengo un día a la semana separado para la adoración en familia?”. En realidad, hacer estas cosas no es tan difícil; mayormente es cuestión de planificar bien nuestro horario. Pero es muy importante que sigamos estudiando las Escrituras, aplicando lo que aprendemos y avanzando con la organización de Dios, sobre todo ahora que la gran tribulación está tan cerca. w14 15/5 4:2, 10
Sus ojos están discurriendo por toda la Tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él (2 Crón. 16:9).

Para mostrarles su favor, Jehová quiere que sus siervos “busquen lo que es bueno, [...] amen lo que es bueno” y también “[hagan] lo que es bueno” (Amós 5:14, 15; 1 Ped. 3:11, 12). Pensemos, por ejemplo, en cómo trató a las parteras hebreas Sifrá y Puá. Cuando los israelitas eran esclavos en Egipto, el faraón ordenó matar a todos los varones hebreos al nacer, pero aquellas mujeres temieron más a Dios que a él y, obedeciendo a su conciencia, les salvaron la vida a los bebés. Jehová se fijó en lo que hicieron y las recompensó con hijos propios (Éx. 1:15-17, 20, 21). Aunque algunas veces pensemos que nadie se fija en las cosas buenas que hacemos, recordemos que a Jehová no se le escapa nada y que él premiará nuestras buenas obras (Mat. 6:4, 6; 1 Tim. 5:25; Heb. 6:10). w14 15/4 5:17, 18

jueves, 23 de junio de 2016

También subió con ellos una vasta compañía mixta (Éx. 12:38).

Cuando los israelitas salieron de Egipto, no lo hicieron en grupos separados, cada uno por su lado. Y cuando Moisés “extendió su mano sobre el mar” para que Jehová lo abriera, no lo cruzó solo ni con un grupito de israelitas. Como sabemos, el pueblo entero atravesó el mar, gracias a la protección de Jehová (Éx. 14:21, 22, 29, 30). Todos se mantuvieron unidos, incluida la “vasta compañía mixta” de personas que no eran israelitas pero que habían decidido irse con ellos. ¿Verdad que no nos imaginamos a algunos, tal vez un grupo de jóvenes, separarse e irse por otro camino que consideraban mejor? Hacerlo habría sido una locura, pues habrían perdido la protección de Jehová (1 Cor. 10:1). Los cristianos del primer siglo también se destacaron por permanecer unidos (Hech. 2:42). Dicha unidad se vio aún más cuando empezó la persecución y necesitaron cuidarse mutuamente (Hech. 4:23, 24). w14 15/12 3:7, 9

martes, 21 de junio de 2016

Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes (Heb. 13:17).
Los cristianos fieles siempre han seguido con gusto la guía de la organización de Jehová. Quizás al principio no entendamos del todo por qué tenemos que hacer las cosas de cierta manera. Sin embargo, estamos plenamente convencidos de que, cuando colaboramos con Jehová apoyando cualquier cambio que él ve apropiado hacer, salimos ganando. El ejemplo que le dan los ancianos a la congregación demuestra que tienen un enorme deseo de hacer la voluntad de Dios (2 Cor. 1:24; 1 Tes. 5:12, 13). Están dispuestos a trabajar duro y adaptarse a las circunstancias. Prueban con entusiasmo nuevas maneras de predicar el Reino de Dios. Aunque algunos al principio quizás hayan tenido dudas a la hora de organizar la predicación por teléfono, en los puertos o en lugares públicos, pronto han visto los buenos resultados. ¿Estamos deseando probar nuevos métodos de predicación? w14 15/10 3:8, 9

lunes, 20 de junio de 2016

En buenos pastos las apacentaré (Ezeq. 34:14).

Padres, ¿acaso no quieren hacer eso mismo con sus hijos? Ustedes pueden guiarlos para que sirvan a Jehová y ayudarlos a sentirse como el salmista que escribió: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas” (Sal. 40:8). Si sus hijos llegan a sentirse así, de seguro desearán dedicar su vida a Jehová y bautizarse. Pero, claro, para dar ese paso tan importante deben tener cierta madurez y realmente querer servir a Jehová. Ahora bien, ¿y si su hijo no parece estar progresando espiritualmente o hasta cuestiona sus creencias? Pónganse como objetivo inculcarle amor a Jehová y gratitud por todo lo que él ha hecho (Rev. 4:11). Entonces, cuando esté listo para hacerlo, podrá tomar por sí mismo la decisión de servir a Dios. w14 15/9 3:13, 14

domingo, 19 de junio de 2016

Es como dádiva gratuita que se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús (Rom. 3:24).

Si no fuera por Jesús, no podríamos acercarnos a Dios. Solo a través de Jesús pueden los humildes conocer a Jehová y disfrutar de una estrecha amistad con él. ¿Cómo destacan las Escrituras esta verdad? Pablo escribió: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:6-8). Jehová y Jesús proporcionaron ese sacrificio, no porque nosotros lo mereciéramos, sino por lo mucho que nos aman. “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga”, explicó Jesús. Y en otra ocasión dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 6:44; 14:6). ¿Cómo nos atrae Jehová mediante Jesús? Por medio de su espíritu nos atrae y nos ayuda a permanecer cerca de él para que podamos vivir para siempre (Jud. 20, 21). w14 15/8 3:8, 9

sábado, 18 de junio de 2016

¿Hasta cuándo, oh Jehová? (Is. 6:11.)

Isaías quiso saber hasta cuándo la nación seguiría desobedeciendo. Dios respondió: “Hasta que las ciudades realmente caigan estrepitosamente en ruinas, para estar sin habitante, y las casas estén sin hombre terrestre, y el suelo mismo sea arruinado hasta ser una desolación” (Is. 6:8-11). Isaías recibió esta comisión en el último año del reinado de Uzías, alrededor del 778 antes de nuestra era. Su servicio como profeta duró unos cuarenta y seis años, hasta pasado el 732, mucho después de que Ezequías subiera al trono. Eso fue ciento veinticinco años antes de que Jerusalén fuera destruida en el 607. Así que a la nación de Israel se le avisó con mucha antelación de lo que iba a ocurrirle. Hoy, Jehová también ha avisado con mucho tiempo a su pueblo de lo que encierra el futuro. Durante ciento treinta y cinco años, desde su mismo primer número, esta revista ha anunciado a sus lectores que pronto acabará el malvado gobierno de Satanás y será reemplazado por el Reinado de Mil Años de Jesucristo (Rev. 20:1-3, 6). w14 15/7 3:8, 9

viernes, 17 de junio de 2016

Feliz es cualquiera que obra con consideración para con el de condición humilde (Sal. 41:1).

Cuando ayudamos al “de condición humilde”, no solo imitamos a Jehová, sino que también obtenemos su aprobación (Efes. 5:1). Ahora bien, a veces quizá se nos haga difícil ayudar a algún hermano. ¿Por qué? Tal vez porque pensemos que lo que le pasa es problema suyo. O puede que, por no saber bien qué decirle, nos sintamos incómodos y por eso lo evitemos. Rosario, una hermana abandonada por su esposo, comenta: “Duele mucho que los hermanos te eviten o no hagan lo que uno esperaría de un buen amigo. En los malos momentos, necesitas tener amigos cerca”. El rey David sabía lo que es sentirse marginado (Sal. 31:12). Probablemente seamos más comprensivos si recordamos que muchos de nuestros queridos hermanos se han debilitado por adversidades como la mala salud, la depresión o vivir en un hogar dividido. Algún día nosotros mismos podríamos encontrarnos en una situación parecida. w14 15/6 3:7, 8

jueves, 16 de junio de 2016

Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? (Is. 40:26.)

El periódico El Universal afirmó que según un nuevo estudio, el universo podría tener 300 mil trillones de estrellas. Estas están organizadas en galaxias, y cada galaxia tiene miles de millones o hasta millones de millones de estrellas, además de muchos planetas. La mayoría de las galaxias se agrupan en cúmulos, que forman agrupaciones aún mayores, llamadas supercúmulos. Tanto los ángeles como las estrellas y los planetas reflejan una organización asombrosa (Dan. 7:10). Es lógico concluir que Dios también organiza a sus siervos en la Tierra. Así debe ser, pues tienen que hacer una tarea enorme y muy importante. De hecho, Jehová ha organizado a su pueblo durante miles de años, y ellos le han servido fielmente tanto en la antigüedad como ahora. Tenemos ejemplos que prueban que él ha estado con ellos y que “no es Dios de desorden, sino de paz” (1 Cor. 14:33, 40). w14 15/5 3:3, 4

miércoles, 15 de junio de 2016

Sigan buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas (Mat. 6:33).

Confiamos en que Jehová cumplirá la promesa que ha hecho de bendecirnos. Buscar primero “la justicia de Dios” incluye ver las obligaciones familiares como las ve Jehová. La Ley que Dios le dio a Moisés mandaba a los padres educar espiritualmente a sus hijos, y ese principio también es aplicable a los padres cristianos (Deut. 6:6, 7). Jehová les ha confiado esta responsabilidad a ellos, no a los abuelos ni a nadie más. El rey Salomón declaró: “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre” (Prov. 1:8). Jehová quiere que tanto el padre como la madre estén físicamente presentes para guiar e instruir a sus hijos (Prov. 31:10, 27, 28). Gran parte de lo que un hijo aprende de sus padres en sentido espiritual lo aprende cuando día tras día los escucha conversar sobre Jehová y observa cómo le sirven. w14 15/4 3:6, 7

martes, 14 de junio de 2016

Llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor (Juan 10:16).

La parábola de las ovejas y las cabras muestra que los cristianos que esperan vivir para siempre en la Tierra tienen el privilegio de apoyar a los hermanos ungidos de Cristo (Mat. 25:31-46). Los dos grupos trabajan unidamente —como “un solo rebaño”— en la obra de hacer discípulos. Como es obvio, el Amo espera resultados. Los cristianos del siglo primero se entregaron de lleno a la predicación y a la obra de hacer discípulos. Pero ¿están los seguidores de Cristo cumpliendo con su trabajo en nuestros días? Claro que sí. Hoy se está llevando a cabo la mayor campaña de predicación y enseñanza de la historia. Gracias al trabajo incansable del pueblo de Dios, cientos de miles de personas se bautizan cada año y se suman a la tarea de predicar. ¡Qué prueba tan clara de que estamos en el tiempo del fin y de que Jesús ya está gobernando! Sin duda, el Amo debe estar muy satisfecho. w15 15/3 3:9, 10

domingo, 12 de junio de 2016

Domingo 12 de junio
Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones (Mat. 28:19).

Los cristianos del siglo primero se beneficiaron del sistema de calzadas romanas. Los ingenieros romanos hicieron más de 80.000 kilómetros (50.000 millas) de calzadas que conectaban prácticamente todas las provincias romanas a través de bosques, desiertos y montañas. Además de las calzadas, los romanos contaban con 27.000 kilómetros (17.000 millas) de ríos y canales por los que navegar. Y, por mar, los barcos romanos recorrían unas novecientas rutas que conectaban cientos de puertos. Así que los cristianos podían desplazarse por todo el mundo romano. A pesar de que había algunas dificultades, el apóstol Pablo y otros viajaron sin necesidad de pasaportes ni visados. No había controles de inmigración ni aduanas. Y como los delincuentes temían ser castigados, era bastante seguro transitar por las calzadas. La armada mantenía las rutas marítimas libres de piratas, por lo que tampoco era demasiado peligroso navegar. w15 15/2 3:1, 9, 10

jueves, 9 de junio de 2016

Jueves 9 de junio
Tu mismísimo trono llegará a ser un trono firmemente establecido hasta tiempo indefinido (2 Sam. 7:16).

Mediante el pacto que Jehová hizo con David, le aseguró a aquel rey del antiguo Israel que el Mesías sería un descendiente suyo (Luc. 1:30-33). Así señaló con más precisión por quién vendría la descendencia de la mujer. Estableció que un heredero de David tendría “el derecho legal” al trono del Reino mesiánico (Ezeq. 21:25-27). Por medio de Jesús, el reinado de David “será firmemente establecido por tiempo indefinido” (Sal. 89:34-37). El reinado del Mesías jamás se volverá corrupto, y sus logros durarán para siempre. El pacto con David asegura que la descendencia tendría que reinar. No obstante, hacía falta algo más que un buen gobierno para que personas de todas las naciones fueran verdaderamente bendecidas (Gén. 3:15). Como estas necesitaban ser liberadas del pecado e integradas en la familia universal de Jehová, hacía falta que la descendencia también cumpliera una función sacerdotal. w14 15/10 1:14, 15

domingo, 5 de junio de 2016

Domingo 5 de junio
Son muchas las calamidades del justo, pero de todas ellas lo libra Jehová (Sal. 34:19).

Nos sentimos protegidos en el “rebaño” de Dios, pues sabemos que él está siempre dispuesto a ayudar a sus siervos leales (Sal. 79:13). Y lo que nos ha prometido hacer en el futuro confirma aún más el amor que nos tiene. Mediante Jesucristo, el Rey del Reino mesiánico, eliminará toda la violencia, opresión y maldad del mundo, y la humanidad obediente podrá disfrutar de paz y prosperidad duraderas (Sal. 72:7, 12-14, 16). En estos días, Jehová nos ha concedido el inmenso privilegio de ser sus testigos (Is. 43:10-12). Lo amamos porque nos ha dado esta gran oportunidad de apoyar su Reino y de llevar un mensaje de consuelo a todos los que sufren en este mundo. Podemos hablar con total confianza y convicción, pues nos basamos en la Palabra del Dios verdadero, quien siempre cumple lo que promete (Jos. 21:45; 23:14). w14 15/6 1:13, 14

jueves, 2 de junio de 2016

Viernes 3 de junio
Moisés miraba atentamente hacia el pago del galardón (Heb. 11:26).

Al igual que Abrahán, Moisés estaba seguro de que Jehová puede resucitar a los muertos (Luc. 20:37, 38; Heb. 11:17-19). Como esperaba recibir bendiciones en el futuro, no consideró que sus cuarenta años como fugitivo y sus otros cuarenta en el desierto eran una vida malgastada. Aunque no sabía en detalle cómo se cumplirían las promesas divinas, con los ojos de la fe vio su “galardón”. ¿Miramos nosotros “atentamente hacia el pago del galardón”? Como Moisés, no conocemos todos los detalles del cumplimiento de esas promesas. Por ejemplo, no sabemos cuándo comenzará la gran tribulación (Mar. 13:32, 33). Pero sabemos mucho más sobre el Paraíso futuro que Moisés. Aunque no conocemos cada detalle, las promesas de Dios sobre su Reino son más que suficientes para que “[miremos] atentamente” hacia el premio. Tener una clara imagen mental del nuevo mundo nos impulsará a poner primero el Reino. w14 15/4 1:14, 15

miércoles, 1 de junio de 2016

Siento anhelo por todos ustedes en tierno cariño como el de Cristo Jesús (Filip. 1:8).
Jesús demostró ternura y compasión. Cuando vio que su amiga María y otras personas estaban llorando porque Lázaro había muerto, él también comenzó a llorar (Juan 11:32-35). Movido por la compasión, ya le había devuelto la vida al hijo de una viuda. Esa misma cualidad lo llevó a resucitar a su amigo Lázaro (Luc. 7:11-15; Juan 11:38-44). Es posible que, con aquel acto, Jesús le diera una nueva esperanza para el futuro: la de vivir en el cielo. En una ocasión anterior, Jesús “se enterneció” por un grupo de personas que llegó hasta donde él estaba y “comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mar. 6:34). Aquello tuvo que haberse quedado muy grabado en el corazón de quienes aceptaron sus enseñanzas. No cabe duda de que la compasión de Jesús era más que un simple sentimiento, lo movía a ayudar a las personas (Mat. 15:32-38; 20:29-34; Mar. 1:40-42). w15 15/2 1:11, 12