Invocará el mal contra su Dios (Is. 8:21).
En tiempos de Isaías, la nación de Judá se encontró en una situación muy difícil. Estaban rodeados de enemigos. La comida escaseaba. Muchos pasaban hambre. En vez de acudir a Jehová en medio de estas dificultades, comenzaron a “[invocar] el mal contra su rey y contra su Dios”. En efecto, culparon a Jehová de sus males. Si a nosotros nos sobreviniera una tragedia o pasáramos por algún problema, podríamos caer en la misma trampa que ellos y decir en nuestro corazón: “¿Dónde estaba Jehová cuando yo lo necesitaba?”. Por otra parte, los israelitas que vivían en tiempos de Ezequiel pensaban que “el camino de Jehová no [estaba] bien ajustado” debido a que no estaban al tanto de todos los hechos (Ezeq. 18:29). Era como si, queriendo ser jueces de Jehová, lo juzgaran según su limitada comprensión de los sucesos. Si en ocasiones no entendemos del todo algún relato bíblico o por qué nos pasan ciertas cosas en la vida, ¿podríamos pensar en nuestro corazón que “el camino de Jehová no está bien ajustado”, que es injusto? (Job 35:2.) w13 15/8 2:8, 9
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