Se acercaba el fin del pacto de la Ley entre Dios y la nación de Israel. Pronto sería sustituido por un nuevo pacto entre Jehová y los discípulos ungidos de Jesús. El Maestro no quería que esta nueva nación espiritual terminara como el antiguo Israel. Los israelitas estaban divididos sin remedio por cuestiones sociales y religiosas, con lo cual deshonraban el santo nombre de Dios (Juan 7:45-49; Hech. 23:6-9). Jesús quería que sus seguidores estuvieran en perfecta unidad a fin de que el nombre de Dios fuera glorificado. De modo que hizo la oración más hermosa que un ser humano pudiera tener el honor de leer (Juan 17:1-26). Cuando la analicemos, preguntémonos: “¿Contestó Dios la oración de su Hijo? ¿Estoy actuando yo en armonía con esa oración?”. w13 15/10 4:2, 3
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sábado, 28 de noviembre de 2015
Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes (Luc. 22:20).
Se acercaba el fin del pacto de la Ley entre Dios y la nación de Israel. Pronto sería sustituido por un nuevo pacto entre Jehová y los discípulos ungidos de Jesús. El Maestro no quería que esta nueva nación espiritual terminara como el antiguo Israel. Los israelitas estaban divididos sin remedio por cuestiones sociales y religiosas, con lo cual deshonraban el santo nombre de Dios (Juan 7:45-49; Hech. 23:6-9). Jesús quería que sus seguidores estuvieran en perfecta unidad a fin de que el nombre de Dios fuera glorificado. De modo que hizo la oración más hermosa que un ser humano pudiera tener el honor de leer (Juan 17:1-26). Cuando la analicemos, preguntémonos: “¿Contestó Dios la oración de su Hijo? ¿Estoy actuando yo en armonía con esa oración?”. w13 15/10 4:2, 3
Se acercaba el fin del pacto de la Ley entre Dios y la nación de Israel. Pronto sería sustituido por un nuevo pacto entre Jehová y los discípulos ungidos de Jesús. El Maestro no quería que esta nueva nación espiritual terminara como el antiguo Israel. Los israelitas estaban divididos sin remedio por cuestiones sociales y religiosas, con lo cual deshonraban el santo nombre de Dios (Juan 7:45-49; Hech. 23:6-9). Jesús quería que sus seguidores estuvieran en perfecta unidad a fin de que el nombre de Dios fuera glorificado. De modo que hizo la oración más hermosa que un ser humano pudiera tener el honor de leer (Juan 17:1-26). Cuando la analicemos, preguntémonos: “¿Contestó Dios la oración de su Hijo? ¿Estoy actuando yo en armonía con esa oración?”. w13 15/10 4:2, 3
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