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domingo, 29 de noviembre de 2015

                                                   Él nos oye (1 Juan 5:14).

Si desea experimentar las bendiciones que disfrutan los siervos de tiempo completo, dígaselo a Jehová (1 Juan 5:15). Hable con algunos precursores. Si cree que por el momento no le es posible empezar el precursorado, haga todo lo que esté en su mano por aumentar su participación en el ministerio. Así se acercará más a Jehová. Después de pedirle que lo guíe y de analizar sus circunstancias, tal vez descubra que algunos cambios en su horario o estilo de vida le permitirían ser precursor. Si puede serlo, las alegrías superarán por mucho cualquier sacrificio. Tendrá la satisfacción que se siente al poner los intereses del Reino por encima de los propios (Mat. 6:33). Sentirá la gran felicidad que proviene de dar. Y tendrá más oportunidades de pensar en Jehová, hablar de él, profundizar el amor que le tiene y regocijarle el corazón. w13 15/9 5:16, 17

sábado, 28 de noviembre de 2015

Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes (Luc. 22:20).

Se acercaba el fin del pacto de la Ley entre Dios y la nación de Israel. Pronto sería sustituido por un nuevo pacto entre Jehová y los discípulos ungidos de Jesús. El Maestro no quería que esta nueva nación espiritual terminara como el antiguo Israel. Los israelitas estaban divididos sin remedio por cuestiones sociales y religiosas, con lo cual deshonraban el santo nombre de Dios (Juan 7:45-49; Hech. 23:6-9). Jesús quería que sus seguidores estuvieran en perfecta unidad a fin de que el nombre de Dios fuera glorificado. De modo que hizo la oración más hermosa que un ser humano pudiera tener el honor de leer (Juan 17:1-26). Cuando la analicemos, preguntémonos: “¿Contestó Dios la oración de su Hijo? ¿Estoy actuando yo en armonía con esa oración?”. w13 15/10 4:2, 3


viernes, 27 de noviembre de 2015

Por medio de él tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ese (Efes. 1:7).

Celebrar la Pascua judía era parte de la Ley mosaica, y los cristianos no estamos bajo ella (Rom. 10:4; Col. 2:13-16). Más bien, nosotros conmemoramos otro acontecimiento: la muerte del Hijo de Dios. Aun así, podemos aprender mucho de algunos aspectos de aquella Pascua que se instituyó en Egipto. La sangre del cordero, con la que se rociaron los postes y el dintel de las puertas de las casas, fue el medio para salvar la vida de los primogénitos israelitas. Hoy en día no le sacrificamos animales a Dios. Pero hay un sacrificio de mayor valor que nos da la posibilidad de vivir para siempre. Cuando el apóstol Pablo escribió sobre “la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos”, aclaró que el medio por el cual esos cristianos ungidos pueden vivir para siempre es “la sangre de la rociadura”, la sangre de Jesús (Heb. 12:23, 24). Los cristianos que abrigan la esperanza de vivir eternamente en la Tierra dependen de esa misma sangre para su salvación. Por tanto, todos debemos recordarnos a nosotros mismos las palabras que encontramos en el texto de hoy. w13 15/12 3:17, 18
Háganse ejemplos del rebaño (1 Ped. 5:3).

Después de exhortar a los ancianos de la congregación a no andar “enseñoreándose de los asignados por Dios” a ellos, el apóstol Pedro escribió las palabras del texto de hoy. ¿Cómo puede un anciano hacerse ejemplo del rebaño? Examinemos dos de los requisitos que debe cumplir todo hombre que esté “procurando alcanzar un puesto de superintendente”: tener “juicio sano” y “[presidir] su propia casa excelentemente”. Para llegar a ser anciano, debe tener “juicio sano”, es decir, entender claramente los principios divinos y saber aplicarlos en su propia vida. Tiene que ser una persona sensata y no apresurarse en sus juicios. Además, si tiene familia, debe ser un buen cabeza, ya que “si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?” (1 Tim. 3:1, 2, 4, 5). Los miembros de la congregación se sienten impulsados a confiar en los ancianos cuando ven estas cualidades en ellos. w13 15/11 5:13

jueves, 26 de noviembre de 2015

              Háganse ejemplos del rebaño (1 Ped. 5:3).

Después de exhortar a los ancianos de la congregación a no andar “enseñoreándose de los asignados por Dios” a ellos, el apóstol Pedro escribió las palabras del texto de hoy. ¿Cómo puede un anciano hacerse ejemplo del rebaño? Examinemos dos de los requisitos que debe cumplir todo hombre que esté “procurando alcanzar un puesto de superintendente”: tener “juicio sano” y “[presidir] su propia casa excelentemente”. Para llegar a ser anciano, debe tener “juicio sano”, es decir, entender claramente los principios divinos y saber aplicarlos en su propia vida. Tiene que ser una persona sensata y no apresurarse en sus juicios. Además, si tiene familia, debe ser un buen cabeza, ya que “si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?” (1 Tim. 3:1, 2, 4, 5). Los miembros de la congregación se sienten impulsados a confiar en los ancianos cuando ven estas cualidades en ellos. w13 15/11 5:13

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Miercoles 25 de noviembre

 Que informe acerca de tu brazo a la siguiente generación; a todos los que han de venir, acerca de tu poderío (Sal. 71:18).

Si usted lleva muchas décadas en la verdad, a su edad se le abren oportunidades que otros no tienen a su alcance. Por ejemplo, puede transmitir a los jóvenes lo que ha aprendido sobre Jehová, así como fortalecer a otros cristianos relatándoles experiencias que haya tenido al servirle. El rey David le pidió a Jehová que le concediera hacer eso, tal como indica el texto de hoy. ¿Cómo podría usted transmitir la sabiduría que ha ido adquiriendo con los años? ¿Podría invitar a casa a hermanos más jóvenes para disfrutar de compañía edificante? ¿Podría pedirles que lo acompañen en el ministerio cristiano para que vean el gozo que le produce servir a Jehová? En la antigüedad, Elihú dijo: “Los días mismos deben hablar, y una multitud de años es lo que debe dar a conocer la sabiduría” (Job 32:7). Por su parte, el apóstol Pablo animó a las hermanas de experiencia a estimular a otras cristianas con sus palabras y su ejemplo. Escribió: “Que las mujeres de edad sean [...] maestras de lo que es bueno” (Tito 2:3). w14 15/1 4:4, 5


martes, 24 de noviembre de 2015

Abrahán vino a ser llamado “amigo de Jehová” (Sant. 2:23).

Jehová se refirió al patriarca y antepasado de los israelitas como “Abrahán, mi amigo” (Is. 41:8). En 2 Crónicas 20:7 también se llama a Abrahán amigo de Dios. ¿Por qué pudo aquel hombre fiel disfrutar de una amistad duradera con su Creador? Por su fe en él (Gén. 15:6; Sant. 2:21-23). Al igual que Abrahán, cuanto más conozca usted a Jehová, más fuerte será su fe en él y más profundo el amor que le tiene. Recuerde el momento en que descubrió que Dios es alguien real con quien puede cultivar una relación estrecha. Cuando supo que Dios entregó a Jesús por nosotros y puso fe en ese sacrificio, comenzó a cultivar una amistad con él. Al mirar atrás, hacemos bien en preguntarnos: “¿Es cada vez más estrecha mi amistad con Dios? ¿Confío en él con todas mis fuerzas? ¿Aumenta cada día el amor que le tengo?”. w14 15/2 4:3-6

sábado, 21 de noviembre de 2015

Oh Jehová, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, y tú eres nuestro Alfarero; y todos somos la obra de tu mano (Is. 64:8).

Un alfarero puede dar al barro la forma que desee, y el barro no tiene control sobre ello. Lo mismo pasa con la relación entre el hombre y Dios. Así como el barro no puede cuestionar lo que el alfarero hace con él, tampoco nosotros tenemos derecho a decirle a Dios cómo debe moldearnos (Jer. 18:1-6). Jehová demostró con el antiguo Israel que puede hacer lo que un alfarero hace con el barro. Sin embargo, hay una notable diferencia. Un alfarero puede crear con un pedazo de arcilla el tipo de vasija que se le antoje. Pero ¿moldea Jehová caprichosamente a los hombres o las naciones, haciendo a unos buenos y a otros malos? La Biblia responde que no. Jehová le ha regalado a la humanidad algo muy valioso: el libre albedrío. Y él no ejerce su soberanía de un modo que anule ese regalo. Por eso, para que los moldee según su propósito, los seres humanos deben desearlo (Jer. 18:7-10). w13 15/6 4:3, 4

viernes, 20 de noviembre de 2015

Que se quiten toda amargura maliciosa, cólera, ira, gritería y habla injuriosa (Efes. 4:31).

Los padres pueden fijarse en el ejemplo de Jesús al educar a sus hijos. Imaginemos la inmensa tensión que debía de sentir mientras celebraba su última cena con los apóstoles. Sabía que en pocas horas iba a sufrir una muerte lenta y dolorosa. La santificación del nombre de su Padre y la salvación de la familia humana dependían de su fidelidad. Pero en aquella misma cena “se suscitó entre [los apóstoles] una disputa acalorada sobre quién de ellos parecía ser el mayor”. Jesús no se puso a gritarles ni a reprenderlos, sino que con calma razonó con ellos. Recordó que habían permanecido a su lado en momentos difíciles. Y aunque Satanás iba a ponerlos a prueba, Jesús expresó su confianza en que se mantendrían fieles y hasta hizo un pacto con ellos (Luc. 22:24-32). w13 15/5 4:15, 16


Que se quiten toda amargura maliciosa, cólera, ira, gritería y habla injuriosa (Efes. 4:31).

Los padres pueden fijarse en el ejemplo de Jesús al educar a sus hijos. Imaginemos la inmensa tensión que debía de sentir mientras celebraba su última cena con los apóstoles. Sabía que en pocas horas iba a sufrir una muerte lenta y dolorosa. La santificación del nombre de su Padre y la salvación de la familia humana dependían de su fidelidad. Pero en aquella misma cena “se suscitó entre [los apóstoles] una disputa acalorada sobre quién de ellos parecía ser el mayor”. Jesús no se puso a gritarles ni a reprenderlos, sino que con calma razonó con ellos. Recordó que habían permanecido a su lado en momentos difíciles. Y aunque Satanás iba a ponerlos a prueba, Jesús expresó su confianza en que se mantendrían fieles y hasta hizo un pacto con ellos (Luc. 22:24-32). w13 15/5 4:15, 16

jueves, 19 de noviembre de 2015

El deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado (Sant. 1: 15).

En su afán de romper nuestra relación con Dios, Satanás dirige sus ataques a la cuna de nuestros deseos: el corazón. ¿Cómo ataca el Diablo nuestro corazón? Sus armas incluyen “las cosas que están en el mundo” (1 Juan 2:15, 16). El Diablo lleva miles de años diseñando el sistema malvado que hoy nos rodea. Puesto que vivimos en este mundo, debemos estar en guardia contra sus astutas estrategias (Juan 17:15). Satanás se vale de trampas para corromper los deseos de nuestro corazón. El apóstol Juan mencionó tres de los señuelos que utiliza: 1) “el deseo de la carne”, 2) “el deseo de los ojos” y 3) “la exhibición ostentosa del medio de vida”. El Diablo recurrió a los tres cuando tentó a Jesús en el desierto. Y los ha estado empleando durante tanto tiempo que hoy es un verdadero experto y sabe cuál usar con cada persona teniendo en cuenta sus debilidades. w13 15/8 4:4-6

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto? (Mat. 24:45.)

En el siglo primero no tenía sentido hacer esta pregunta. Los apóstoles realizaban milagros y hasta transmitían dones milagrosos, así que estaba claro que eran ellos los que tenían el apoyo divino (Hech. 5:12). Por eso, ¿por qué iba alguien a preguntar en ese tiempo quién había sido nombrado por Jesús para dirigir a sus ovejas? Sin embargo, en 1914 la situación era muy distinta. La temporada de la cosecha había empezado ese año. Por fin era hora de separar la mala hierba del trigo (Mat. 13:36-43). Ahora bien, al empezar la temporada de la cosecha, había muchos cristianos falsos que afirmaban ser los verdaderos seguidores de Jesús. Así que surgió esta cuestión fundamental: ¿cómo podría reconocerse el trigo, es decir, los cristianos ungidos? La ilustración de Jesús sobre el esclavo fiel dio una clave. Los cristianos ungidos serían aquellos que estuvieran bien alimentados espiritualmente. w13 15/7 4:7

martes, 17 de noviembre de 2015

                           Sean de juicio sano (1 Ped. 4:7).

Todos somos pecadores e imperfectos, así que estamos lejos de tener un cuerpo y una mente completamente sanos (Sal. 51:5; Rom. 3:23). Además, a muchos de nosotros Satanás nos tuvo cegada la mente; no conocíamos a Jehová ni sus justas normas (2 Cor. 4:4; Tito 3:3). Por eso, si nos basáramos exclusivamente en lo que a nosotros nos parece bueno y razonable, podríamos estar engañándonos, sin importar lo bien que hayamos pensado nuestras decisiones (Prov. 14:12). Ninguno de nosotros está sano por completo en cuerpo y mente, pero Jehová, nuestro Padre celestial, es perfecto en todo sentido (Deut. 32:4). Felizmente, él ha hecho posible que transformemos nuestra mente y cultivemos buen juicio (2 Tim. 1:7). Los cristianos deseamos pensar, razonar y actuar con sensatez. Y para conseguirlo, debemos dominar nuestros pensamientos y sentimientos e imitar la forma de pensar, sentir y actuar de Jehová. w13 15/9 4:4-6

lunes, 16 de noviembre de 2015

La canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia (Prov. 16:31).
Debemos estar pendientes de ayudar a los cristianos enfermos o de edad avanzada. Algunos darían cualquier cosa por asistir a todas las reuniones y asambleas, pero solo pueden hacerlo en contadas ocasiones. ¿Qué se puede hacer por ellos? Hay congregaciones que amorosamente lo organizan todo para que escuchen las reuniones por teléfono. En otros casos, esto quizás no sea posible. Pero incluso quienes no tienen la posibilidad de beneficiarse de las reuniones pueden apoyar la adoración verdadera. Por ejemplo, sus oraciones contribuyen al progreso de la congregación (Sal. 92:13, 14). Ustedes, los cristianos de edad avanzada, quizás ni se imaginen cuánto animan a los demás. Recuerden el caso de Ana, que acudió fielmente al templo todos aquellos años. ¿Cómo iba a imaginarse ella que siglos después su ejemplo seguiría animándonos? Su amor por Jehová quedó grabado en las Escrituras. Y sin duda, el amor que ustedes le han demostrado a Jehová está grabado en el corazón de sus hermanos en la fe.w14 15/1 4:17, 18

domingo, 15 de noviembre de 2015

      Yo soy el pastor excelente (Juan 10:11).

Jesús es “el pastor excelente” y tiene los mismos intereses, propósitos y cualidades que su Padre. Llegó al punto de “[entregar] su alma a favor de las ovejas” (Juan 10:15). El sacrificio redentor de Cristo es una gran bendición para la humanidad (Mat. 20:28; Juan 3:16). ¿Cómo demuestran las ovejas que aceptan a Jesucristo como su Pastor? Él mismo dijo: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen” (Juan 10:27). Escuchar la voz del Pastor Excelente significa seguir su guía en todo, lo que incluye colaborar con los pastores espirituales que él ha nombrado. Jesús indicó que sus apóstoles y discípulos tendrían que continuar la obra que él había comenzado. Debían enseñar y apacentar a sus “ovejitas” (Juan 21:15-17; Mat. 28:20). Cuando las buenas nuevas se difundieron y el número de discípulos aumentó, Jesús se encargó de que cristianos maduros pastorearan las congregaciones (Efes. 4:11, 12).w13 15/11 4:4, 5

sábado, 14 de noviembre de 2015

Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último (Prov. 29:11).
Padres e hijos, no se desanimen si la comunicación en su familia no es tan buena como quisieran. Sigan luchando por mejorarla y por vivir la verdad (3 Juan 4). En el nuevo mundo seremos perfectos y también lo será nuestra comunicación con los demás, pues estará libre de malentendidos y desacuerdos. Ahora, sin embargo, todos hacemos cosas que después lamentamos. De modo que no duden en pedir perdón y perdonar. “Estén unidos armoniosamente en amor.” (Col. 2:2.) El amor tiene mucho poder, ya que “es sufrido y bondadoso [...], no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. [...] Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta” (1 Cor. 13:4-7). Sigan cultivándolo, y la comunicación florecerá para la alegría de su familia y la alabanza de Jehová.w13 15/5 4:17, 18

viernes, 13 de noviembre de 2015

Viernes 13 de noviembre
Cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión (1 Cor. 5:11).

La expulsión es un tipo de disciplina procedente de Jehová. Protege a la congregación de una mala influencia y puede contribuir a que el pecador se recobre (1 Cor. 5:6, 7). Robert estuvo expulsado casi dieciséis años, durante los cuales sus padres y hermanos siguieron con firmeza y lealtad el mandato bíblico de no mezclarse con pecadores y ni siquiera saludarlos. Ahora ya lleva varios años readmitido y está progresando espiritualmente. Cuando se le preguntó qué lo había impulsado a regresar a Jehová y su pueblo después de tanto tiempo, contestó que la firme postura de su familia había influido mucho en él. Y añadió: “Si mi familia hubiera tenido contacto conmigo, aunque fuera solo un poco para ver cómo me encontraba, esa pequeña dosis me hubiera bastado, y es probable que el deseo de disfrutar de su compañía no hubiera sido un factor que me motivara a regresar a Dios”. w13 15/6 4:17

jueves, 12 de noviembre de 2015

Jueves 12 de noviembre
He tomado tus recordatorios como posesión hasta tiempo indefinido (Sal. 119:111).

Los cristianos verdaderos agradecemos que nos den buenos consejos, especialmente cuando se basan en la Palabra de Dios. Los recordatorios de Jehová nos hacen sabios, pues nos enseñan y nos ayudan a evitar las trampas del materialismo, la inmoralidad sexual y el abuso del alcohol y las drogas (Prov. 20:1; 2 Cor. 7:1; 1 Tes. 4:3-5; 1 Tim. 6:6-11). Además, disfrutamos de “la buena condición de corazón” que proviene de obedecer los mandatos divinos (Is. 65:14). Para conservar la valiosa amistad que nos une a nuestro Padre celestial, tenemos que seguir poniendo en práctica sus sabios consejos. Debemos tener la misma actitud que el salmista que escribió las palabras del texto de hoy. ¿Nos regocijan como a él los mandatos de Jehová, o a veces se nos hace difícil obedecerlos? Aun si alguna vez nos cuesta aceptar algún consejo, no nos desanimemos. Podemos fortalecer nuestra confianza en que obedecer a Jehová siempre es lo mejor para nosotros. w13 15/9 2:2, 3

martes, 10 de noviembre de 2015

Miércoles 11 de noviembre

Miércoles 11 de noviembre
Muchas naciones ciertamente irán y dirán: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová” (Miq. 4:2).

Aunque Miqueas no pudo ver cumplida esta profecía, ya que murió mucho antes, estaba firmemente decidido a ser leal a Jehová hasta la muerte, hicieran lo que hicieran los demás. De hecho, afirmó: “Todos los pueblos, por su parte, andarán cada cual en el nombre de su dios; pero nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Miq. 4:5). Miqueas pudo esperar con paciencia durante aquellos tiempos turbulentos porque tenía absoluta confianza en que Jehová cumpliría todas sus promesas. Sí, el fiel profeta confió en Jehová. ¿Tenemos nosotros esa misma confianza en Jehová? Hay motivos de sobra, pues hemos visto con nuestros propios ojos el cumplimiento de la profecía de Miqueas. A lo largo de “la parte final de los días”, millones de personas de todas las naciones y tribus y lenguas han subido a “la montaña de la casa de Jehová” (Miq. 4:1). w13 15/11 2:6, 7

Martes 10 de noviembre

Tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado (Luc. 4:43).

Jesús dijo estas palabras cuando comenzó su ministerio terrestre. Por tres años y medio, predicar fue su principal actividad. Y a sus discípulos les dio instrucciones de hacer lo mismo: “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’” (Mat. 10:7). Después de resucitar, Jesús profetizó que sus seguidores llevarían ese mensaje “hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8). Y les prometió que él seguiría apoyando personalmente esta importantísima labor hasta el fin de este sistema (Mat. 28:19, 20). Para 1919, las “buenas nuevas del reino” habían cobrado un nuevo significado (Mat. 24:14). El Rey estaba gobernando en los cielos y había reunido en la Tierra a un pequeño grupo de súbditos a los que ya había purificado. Este grupo obedeció con entusiasmo sus instrucciones: predicar por toda la Tierra las buenas nuevas del Reino ya establecido en los cielos (Hech. 10:42). w14 15/1 2:7, 8

lunes, 9 de noviembre de 2015

Lunes 9 de noviembre

                    Tú eres mi auxilio y el Proveedor de escape para mí (Sal. 40:17).

Un padre amoroso no solo provee a sus hijos de lo que necesitan, sino que también busca protegerlos. Instintivamente, trataría de rescatarlos si estuvieran en peligro. Un hermano cuenta que cierto día, siendo un niño, su padre y él volvían a casa después de predicar, cuando se encontraron con un torrente de agua que les cerraba el paso. El arroyo se había desbordado debido a las fuertes lluvias de la mañana, y no les quedaba más remedio que cruzarlo saltando por grandes piedras. Él iba delante de su padre, pero en una piedra perdió el equilibrio, cayó al agua y se hundió dos veces. El padre inmediatamente lo agarró con fuerza por el hombro y lo salvó de morir ahogado. ¡Qué agradecido estaba! De igual manera, nuestro Padre celestial nos libra de los violentos torrentes de este mundo malvado y de su gobernante, Satanás. Jehová es sin duda alguna el mejor Protector que podamos tener (Mat. 6:13; 1 Juan 5:19). w14 15/2 3:14, 15

sábado, 7 de noviembre de 2015

Domingo 8 de noviembre

Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe (2 Cor. 13:5).

“La fe” es el conjunto de creencias cristianas que hallamos en la Biblia. Para saber si estamos “en la fe”, tenemos que examinarnos y ver si nuestras palabras y acciones están en armonía con esas creencias. Claro, no basta con cumplir solo lo que más nos convenga; hay que vivir de acuerdo con todo el conjunto de normas y enseñanzas cristianas (Sant. 2:10, 11). Quizá usted dude en hacer este examen de sí mismo, especialmente si teme no quedar satisfecho con el resultado. Pero lo que importa es lo que Jehová piensa de nosotros; sus pensamientos son “más altos” que los nuestros (Is. 55:8, 9). Él examina a sus siervos, no para condenarlos, sino para fijarse en sus buenas cualidades y ayudarlos. Cuando usted se analice a la luz de la Biblia para ver si está “en la fe”, la opinión que tenga de sí mismo se acercará más a la de Dios. Eso lo ayudará a liberarse de sus pensamientos negativos y a darse cuenta de una gran verdad: que usted es muy valioso para Jehová. w14 15/3 2:5, 6

Sábado 7 de noviembre

                 Considerémonos unos a otros, animándonos unos a otros (Heb. 10:24, 25).
En el antiguo Israel, la nación debía reunirse a fin de escuchar y aprender (Deut. 31:10-12). Los judíos del siglo primero tenían la costumbre de ir a las sinagogas a leer las Escrituras (Luc. 4:16; Hech. 15:21). Y cuando se formó la congregación cristiana, se siguió dando mucha importancia a las reuniones. Hoy también son parte fundamental de nuestra adoración a Jehová. De hecho, una manera excelente de animarnos unos a otros es participando en las reuniones. Por ejemplo, podemos expresar nuestra fe respondiendo una pregunta, indicando la aplicación de un texto bíblico o contando una experiencia breve que demuestre que seguir los principios bíblicos da buenos resultados (Sal. 22:22; 40:9). Sin importar cuántos años llevemos asistiendo a las reuniones, seguro que todos estamos de acuerdo en que los comentarios sinceros de nuestros hermanos jóvenes y mayores nos animan mucho. w13 15/4 4:4, 5

viernes, 6 de noviembre de 2015

Viernes 6 de noviembre

Nos recomendamos como ministros de Dios por noches sin dormir, por veces sin alimento (2 Cor. 6:4, 5).

Como muestran las experiencias del apóstol Pablo, por causa de nuestro ministerio podríamos pasar noches sin dormir y días sin comer. Estas expresiones pintan una vívida imagen de lo que implica sacrificarse, y quizás nos hagan pensar en precursores que ponen su ministerio en primer lugar en la vida mientras se sostienen económicamente. Piense, también, en nuestros devotos misioneros, quienes se entregan por entero a servir a personas de otros países (Filip. 2:17). ¿Y qué decir de los abnegados ancianos que a veces dejan de comer o dormir para atender a las ovejas de Jehová? Y además están los hermanos de edad avanzada o con mala salud que hacen todo lo posible por asistir a las reuniones cristianas y participar en el servicio del campo. Nos conmueve pensar en todos estos siervos de Dios que manifiestan tal espíritu de sacrificio. Sus actos influyen en la opinión que otras personas tienen de nuestro ministerio. w1315/5 2:7

jueves, 5 de noviembre de 2015

Jueves 5 de noviembre

                 Estén listos para compartir (1 Tim. 6:18).

¿Cómo podemos cumplir con esta exhortación? Empleando nuestro tiempo y energías para ayudar y animar al prójimo (Gál. 6:10). Sin duda, tener la costumbre de ser generosos nos acercará a Jehová y a nuestros seres amados (Prov. 19:17; Luc. 6:38). También podemos ser generosos con Jehová. Las Escrituras nos dicen: “Honra a Jehová con tus cosas valiosas” (Prov. 3:9). Esas “cosas valiosas” son nuestro tiempo, energías y recursos, y podemos dedicarlas a su servicio. Hasta los pequeños pueden aprender a ser generosos con Jehová. Jason, quien es padre de familia, comenta: “Cuando hacemos una donación en el Salón del Reino, dejamos que los niños echen el dinero en la caja de contribuciones. Les encanta porque, como ellos dicen, sienten que le están dando algo a Jehová”. Si los hijos experimentan de pequeños el gozo de hacer contribuciones para Jehová, es fácil que de adultos sigan siendo generosos con él (Prov. 22:6). w13 15/6 2:9-11

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Miércoles 4 de noviembre

Si no tiene lo suficiente para una oveja,entonces tiene que traer dos tórtolas     (Lev. 5:7).


En el antiguo Israel, los sacrificios eran la base para recibir el perdón de pecados y la aprobación de Jehová. Algunos eran obligatorios, mientras que otros eran voluntarios (Lev. 23:37, 38). Las ofrendas quemadas, en las que se ofrecía el animal completo a Dios, podían ser sacrificios voluntarios, o dádivas, hechos a Jehová. Él comprendía que no todos podrían ofrecer lo mismo, así que esperaba de cada cual solo lo que sus circunstancias le permitieran. Su Ley estipulaba que se ofrecieran animales y se derramara su sangre, pues estos sacrificios eran “una sombra de las buenas cosas por venir” a través de Jesús (Heb. 10:1-4). Ahora bien, Jehová era flexible y comprensivo. Por ejemplo, si un israelita no podía ofrecer un animal del rebaño o de la vacada, aceptaba que le ofreciera unas tórtolas en su lugar. De este modo, hasta los pobres tenían la oportunidad de hacer sacrificios (Lev. 1:3, 10, 14). w13 15/12 2:4, 5

martes, 3 de noviembre de 2015

Martes 3 de noviembre

            Invocará el mal contra su Dios (Is. 8:21).

En tiempos de Isaías, la nación de Judá se encontró en una situación muy difícil. Estaban rodeados de enemigos. La comida escaseaba. Muchos pasaban hambre. En vez de acudir a Jehová en medio de estas dificultades, comenzaron a “[invocar] el mal contra su rey y contra su Dios”. En efecto, culparon a Jehová de sus males. Si a nosotros nos sobreviniera una tragedia o pasáramos por algún problema, podríamos caer en la misma trampa que ellos y decir en nuestro corazón: “¿Dónde estaba Jehová cuando yo lo necesitaba?”. Por otra parte, los israelitas que vivían en tiempos de Ezequiel pensaban que “el camino de Jehová no [estaba] bien ajustado” debido a que no estaban al tanto de todos los hechos (Ezeq. 18:29). Era como si, queriendo ser jueces de Jehová, lo juzgaran según su limitada comprensión de los sucesos. Si en ocasiones no entendemos del todo algún relato bíblico o por qué nos pasan ciertas cosas en la vida, ¿podríamos pensar en nuestro corazón que “el camino de Jehová no está bien ajustado”, que es injusto? (Job 35:2.) w13 15/8 2:8, 9

lunes, 2 de noviembre de 2015

Lunes 2 de noviembre

Sean como personas libres, y, sin embargo, tengan su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios (1 Ped. 2:16).

Cumplir con nuestra dedicación conlleva obstáculos. En realidad, tenemos una lucha doble. En primer lugar, nos enfrentamos al mismo conflicto que tenía Pablo: “Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro —escribió—, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Rom. 7:22, 23). Nosotros tenemos esa misma lucha diaria contra las malas inclinaciones, pues todos hemos heredado la imperfección. En segundo lugar, tenemos que luchar contra un mundo controlado por demonios. Satanás, el gobernante de este mundo, nos ataca con sus misiles para que dejemos de ser leales a Jehová y a Jesús. Quiere esclavizarnos, y para ello nos pone tentaciones (Efes. 6:11, 12). Una de sus tácticas consiste en hacer que su mundo parezca atractivo (1 Juan 2:15, 16). w13 15/10 2:5, 6