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martes, 5 de mayo de 2015

Miércoles 6 de mayo

                                             Dios, tu Dios, te ha ungido (Sal. 45:7).


Jehová ungió a Jesús como Rey del Reino mesiánico. Lo ungió con “el aceite de alborozo” más que a sus “socios”, es decir, los reyes de Judá de la línea de David. ¿De qué maneras? Para empezar, fue Jehová mismo quien lo ungió, y no solo lo ungió como Rey, sino también como Sumo Sacerdote (Sal. 2:2; Heb. 5:5, 6). Por otra parte, Jesús no fue ungido con aceite literal, sino con espíritu santo. Además, su reinado no es terrestre, sino celestial. En 1914, Jehová convirtió a su Hijo en Rey Mesiánico. “El cetro de [su] gobernación real es un cetro de rectitud”, así que la justicia y la imparcialidad de su reinado están garantizadas (Sal. 45:6). Su autoridad es legítima, pues “Dios es [su] trono”, es decir, Jehová es el fundamento de su gobierno. Además, el trono de Jesús durará “para siempre”. ¿No se siente usted orgulloso de servir a Jehová a las órdenes del poderoso Rey que él ha nombrado? w14 15/2 1:7, 8

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