Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente (Sal. 145:16).
¿Ha hecho usted sacrificios para servir a Jehová de tiempo completo? Puede que haya renunciado a una prometedora carrera o a un buen negocio para dedicarle más tiempo al servicio a Dios. Quizás no se casó o no tuvo hijos porque su deseo era ofrecerse para colaborar en ciertas facetas del servicio cristiano. Tomó esas decisiones porque amaba profundamente a Jehová Dios y deseaba de todo corazón ayudar a quienes querían servirle. No crea que le habría ido mejor si hubiera elegido otro camino. Puede estar muy feliz de haber hecho lo que sabía que era correcto, de haberle dado lo mejor a Jehová. Él, por su parte, nunca olvidará los sacrificios que usted hizo. Cuando tenga “la vida que realmente lo es”, es decir, vida eterna en perfección, él lo bendecirá mucho más de lo que pueda imaginar (1 Tim. 6:19). w13 15/1 4:15, 16
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