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viernes, 28 de noviembre de 2014
Viernes 28 de noviembre
Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual (Mat. 5:3).
Los aspectos que desde hace mucho han formado parte del programa de las asambleas generan gran expectación. El “alimento [espiritual] al tiempo apropiado”, el cual nos da una mejor comprensión de las profecías y enseñanzas bíblicas, no nos llega solo a través de los discursos de las asambleas, sino también mediante las publicaciones que en ellas se presentan (Mat. 24:45). Estas a menudo sirven para ayudar a la gente a amar las verdades bíblicas. Las representaciones dramáticas animan a jóvenes y mayores a examinarse y protegerse de las presiones de este mundo. Y el discurso de bautismo nos ofrece a todos la oportunidad de reevaluar nuestras prioridades y sentir el gozo de ver como otras personas simbolizan su dedicación a Jehová. Las asambleas son desde hace mucho parte integrante de la adoración pura. Preparan a los felices siervos de Jehová para demostrar fidelidad en tiempos difíciles. w12 15/9 5:14, 18, 19
jueves, 27 de noviembre de 2014
Jueves 27 de noviembre
[Estén] firmes contra las maquinaciones del Diablo (Efes. 6:11).
Satanás no siente ninguna compasión por los seres humanos, sobre todo por quienes servimos a Jehová. De hecho, les tiene declarada la guerra a los ungidos que aún viven en la Tierra (Rev. 12:17). Estos fieles cristianos han encabezado la predicación del Reino en tiempos modernos y han proclamado que el Diablo es el gobernante de este mundo. Satanás también odia a las “otras ovejas”, quienes apoyan a los ungidos y tienen algo que él perdió hace mucho: la esperanza de vivir para siempre (Juan 10:16). ¡Con razón está tan furioso! Sea que esperemos vivir en el cielo o en la Tierra, nuestro enemigo tiene un único objetivo: darnos caza (1 Ped. 5:8). Para lograr sus fines, ha diseñado varias trampas. Por un lado, les ciega la mente a quienes no creen en Jehová, de modo que no acepten las buenas nuevas ni puedan ver dichas artimañas. Pero también está atrapando a algunos que han abrazado el mensaje del Reino (2 Cor. 4:3, 4). w12 15/8 4:1, 2
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Miércoles 26 de noviembre
Miércoles 26 de noviembre
Observ[en] la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz (Efes. 4:3).
Alcanzamos la unidad cuando obedecemos los mandatos de Jehová y nos dejamos moldear por el espíritu santo. Sobre la base del sacrificio redentor de Cristo, Jehová ha declarado justos como hijos a sus ungidos y justos como amigos a las otras ovejas. Sin embargo, mientras cualquiera de nosotros siga vivo en la Tierra en este sistema de cosas, sin duda surgirán diferencias personales (Rom. 5:9; Sant. 2:23). De otro modo no hubiera sido necesario el consejo inspirado de que los cristianos sigan “soportándose unos a otros”. ¿Cómo alcanzamos, pues, la unidad con nuestros hermanos en la fe? Necesitamos cultivar “completa humildad mental y apacibilidad” (Efes. 4:1, 2). Para aplicar este consejo hay que dejarse guiar por el espíritu de Dios y permitir que produzca su fruto en nosotros. En contraste con las divisivas obras de la carne, el fruto del espíritu lima cualquier desavenencia que pueda surgir. w12 15/7 4:6, 7
martes, 25 de noviembre de 2014
Martes 25 de noviembre
Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa (2 Ped. 2:9).
Suponga que usted está buscando trabajo. Si vive en un país donde es difícil conseguirlo, pudiera verse tentado a aceptar la primera oferta que se presente, sea cual sea. Pero ¿y si ese empleo viola algún principio bíblico? ¿Y si el horario o los viajes limitaran su participación en las actividades cristianas o lo separaran de su familia? ¿Aceptaría la oferta de todos modos, quizás razonando que, al fin y al cabo, tener ese trabajo es mejor que no tener ninguno? No olvide que una mala decisión podría alejarlo de Jehová (Heb. 2:1). Debemos tener presente nuestro objetivo en la vida. Pregúntese: “¿Adónde quiero que me lleve mi trabajo o profesión?”. Si usted ve el trabajo como un medio para alcanzar un fin —el de mantenerse a sí mismo y a su familia para servir a Jehová—, entonces él bendecirá sus esfuerzos (Mat. 6:33). Nuestro Padre celestial no se queda paralizado sin saber qué hacer cuando perdemos el empleo o tenemos problemas económicos (Is. 59:1). w13 15/1 2:5, 6
lunes, 24 de noviembre de 2014
Lunes 24 de noviembre
Si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial
también los perdonará a ustedes (Mat. 6:14).
domingo, 23 de noviembre de 2014
Domingo 23 de noviembre
Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes (Heb. 13:17).
La actitud de un cristiano puede verse sometida a prueba cuando se le corrige o se le retiran sus privilegios de servicio. En una congregación, los ancianos hablaron con un hermano joven sobre su costumbre de jugar con videojuegos violentos. Por desgracia, no escuchó sus consejos y tuvo que ser dado de baja como siervo ministerial porque ya no satisfacía los requisitos bíblicos (Sal. 11:5; 1 Tim. 3:8-10). Después de eso comenzó a manifestar en público su desacuerdo, envió a la sucursal numerosas cartas de queja y hasta animó a otros miembros de la congregación a hacer lo mismo. ¿De veras vale la pena poner en peligro la paz de toda la congregación solo para tratar de justificar nuestros actos? Es mucho mejor ver la censura como un medio para descubrir defectos propios que tal vez no veíamos y entonces aceptar la corrección sin quejarnos (Lam. 3:28, 29). w12 15/10 2:8, 9
viernes, 21 de noviembre de 2014
Sábado 22 de noviembre
No saben ni el día ni la hora (Mat. 25:13).
No saber cuándo llegará el fin nos permite demostrar lo que tenemos en el corazón. Jehová respeta nuestra dignidad, y por eso nos da libertad para decidir si le seremos leales. Claro, todos deseamos sobrevivir a la destrucción de este sistema, pero si servimos a Jehová no es solo porque queremos vivir para siempre, sino porque lo amamos (Sal. 37:4). Nos gusta hacer lo que nos manda y sabemos que sus enseñanzas son para nuestro bien (Is. 48:17). Además, desconocer en qué momento vendrá el fin nos da la oportunidad de alegrar el corazón de Jehová. Cuando le servimos porque lo amamos —y no simplemente porque pensamos en una fecha o en una recompensa—, le damos base para rebatir las absurdas acusaciones de su enemigo, Satanás (Job 2:4, 5; Prov. 27:11). Después de todo el dolor y el sufrimiento que ha provocado el Diablo, con gusto defendemos la soberanía de Jehová y nos oponemos al maléfico dominio de Satanás. w12 15/9 4:5, 6
jueves, 20 de noviembre de 2014
Viernes 21 de noviembre
La ley de Jehová es perfecta, [...] hace sabio al inexperto (Sal. 19:7).
Sin las Santas Escrituras, nuestro principal maestro sería la experiencia personal. Y en ese caso, ¿cómo podríamos sentir lo mismo que el salmista por “la ley de Jehová”? Sin embargo, la triste realidad es que algunos han dejado que se enfríe el amor que sentían al principio por la verdad bíblica (Rev. 2:4). Como consecuencia, ya no dirigen su vida como a Jehová le agrada (Is. 30:21). Pero eso no tiene por qué pasarnos a nosotros. Podemos y debemos esforzarnos por mantener vivo nuestro aprecio por las Escrituras y sus enseñanzas, pues son un valioso regalo que nos ha hecho nuestro amoroso Creador (Sant. 1:17). ¿Qué nos ayudará a apreciar aún más “la palabra de Dios”? Un factor clave es reflexionar en el modo como los escritores bíblicos fueron guiados en su labor, lo que implica repasar algunas de las numerosas pruebas de que la Biblia fue inspirada por Dios. Eso nos estimulará a leerla a diario y a poner en práctica sus consejos (Heb. 4:12). w12 15/6 4:1, 2
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Jueves 20 de noviembre
Reflejamos como espejos la gloria de Jehová (2 Cor. 3:18).
En mayor o menor medida, todos nos parecemos a nuestros padres. No es raro que alguien le diga a un niño: “¡Eres igualito a tu papá!”. O quizás a una niña: “Me recuerdas mucho a tu mamá”. Además, los hijos suelen imitar lo que ven hacer a sus padres. ¿Y nosotros? ¿Podemos imitar también a nuestro Padre celestial? Aunque no lo vemos, percibimos sus hermosas cualidades contemplando la creación, así como estudiando su Palabra y reflexionando en lo que leemos, especialmente en las enseñanzas y el ejemplo de su Hijo, Jesucristo (Juan 1:18; Rom. 1:20). Al manifestar las cualidades de nuestro Creador, los cristianos tenemos el gran honor de reflejar la gloria de Dios. Los ungidos y los demás cristianos reflejamos la gloria de Dios en nuestra vida y nuestro ministerio (2 Cor. 4:1). Por eso, cada uno de nosotros hace bien en preguntarse: “¿Estoy reflejando la gloria de Jehová con mi conducta cristiana y mi constancia en la predicación del Reino?”. w12 15/5 4:1-3
martes, 18 de noviembre de 2014
Miércoles 19 de noviembre
Tú me has asido de la mano derecha. Con tu consejo me guiarás (Sal. 73:23, 24).
Los cristianos tenemos buenas razones para imitar el ejemplo de Ana. Ella era fiel y siempre iba a la casa de Jehová (1 Sam. 1:4-8). Nosotros necesitamos asistir fielmente a las reuniones, pues sabemos que en ellas recibimos el ánimo que tanta falta nos hace (Heb. 10:24, 25). El cariño y la compañía de los hermanos nos reconfortan. Posiblemente lo que toque nuestro corazón sea una sencilla frase en un discurso o en un comentario. O quizás un compañero nos escuche o nos diga palabras de aliento cuando conversemos con él antes o después del programa (Prov. 15:23; 17:17). También nos reconforta unir nuestras voces para cantar a Jehová. En realidad, en los momentos en que nos asedian los “pensamientos inquietantes” es cuando más necesitamos el ánimo que nos proporcionan las reuniones. En ellas, Jehová nos sostiene con sus “propias consolaciones” y fortalece nuestra resolución de mantenernos fieles (Sal. 94:18, 19). ¡Qué agradecidos estamos de que Jehová nos resguarde para la salvación! w12 15/4 5:16-18
Martes 18 de noviembre
Vete de tu país y de tus parientes [...] al país que yo te mostraré (Gén. 12:1).
Podemos hacernos una idea de cómo se sintió Abrahán, que aún se llamaba Abrán, cuando Jehová le dijo lo que leemos en el texto de hoy. Si aquel hombre fiel sintió algún temor, sin duda se le disipó al oír lo que Jehová siguió diciéndole: “Haré de ti una nación grande y te bendeciré [...], y al que invoque mal sobre ti lo maldeciré” (Gén. 12:2, 3). Con esas palabras, Jehová se comprometió a ser un refugio seguro para Abrahán y sus descendientes (Gén. 26:1-6). Y cumplió su promesa. Por ejemplo, impidió que el faraón de Egipto y el rey de Guerar, Abimélec, violaran a Sara y mataran a Abrahán. También protegió a Isaac y Rebeca de un modo parecido (Gén. 12:14-20; 20:1-14; 26:6-11). Y “no permitió que ningún humano los defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a reyes, diciendo: ‘No toquen ustedes a mis ungidos, y a mis profetas no hagan nada malo’” (Sal. 105:14, 15). w13 15/3 4:4, 5
domingo, 16 de noviembre de 2014
Lunes 17 de noviembre
No puedo soportar el uso de poder mágico (Is. 1:13).
El ocultismo, a veces llamado espiritualismo, estaba muy de moda en el siglo XIX. No extraña que un artículo de la Zion’s Watch Tower (La Torre del Vigía de Sión) de mayo de 1885 ofreciera la siguiente advertencia: “La creencia de que los muertos están vivos en otra esfera o condición no es nueva; formaba parte de la religión antigua y es la raíz de todas las mitologías”. La misma revista añadía que la enseñanza antibíblica de que los muertos se comunican con los vivos “ha servido de tapadera e impulso a los demonios, que han engañado a la gente tras el disfraz de espíritus humanos. Los demonios han aprovechado al máximo esta forma de esconder su identidad y así han logrado dominar la mente y la vida de muchas personas”. El folleto What Say the Scriptures About Spiritism? (¿Qué dicen las Escrituras acerca del espiritismo?), publicado unos años más tarde, contenía advertencias parecidas. Y en años más recientes nuestras publicaciones también nos han avisado de los peligros del ocultismo. w13 15/2 2:11
sábado, 15 de noviembre de 2014
Domingo 16 de noviembre
Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente (Sal. 145:16).
¿Ha hecho usted sacrificios para servir a Jehová de tiempo completo? Puede que haya renunciado a una prometedora carrera o a un buen negocio para dedicarle más tiempo al servicio a Dios. Quizás no se casó o no tuvo hijos porque su deseo era ofrecerse para colaborar en ciertas facetas del servicio cristiano. Tomó esas decisiones porque amaba profundamente a Jehová Dios y deseaba de todo corazón ayudar a quienes querían servirle. No crea que le habría ido mejor si hubiera elegido otro camino. Puede estar muy feliz de haber hecho lo que sabía que era correcto, de haberle dado lo mejor a Jehová. Él, por su parte, nunca olvidará los sacrificios que usted hizo. Cuando tenga “la vida que realmente lo es”, es decir, vida eterna en perfección, él lo bendecirá mucho más de lo que pueda imaginar (1 Tim. 6:19). w13 15/1 4:15, 16
viernes, 14 de noviembre de 2014
Sábado 15 de noviembre
No juren de ninguna manera (Mat. 5:34).
Jesús condenó la costumbre que muchas personas tienen de jurar por cualquier cosa, incluso sin la menor intención de cumplir lo que prometen. ¿Quiso decir entonces que jurar es siempre malo? Obviamente no. Jehová y su justo siervo Abrahán juraron en algunas ocasiones importantes. Además, la propia Ley de Dios exigía que se hicieran juramentos para poder resolver ciertas disputas (Éx. 22:10, 11; Núm. 5:21, 22). Por consiguiente, tal vez un cristiano deba jurar que dirá la verdad en un tribunal. O, en raras ocasiones, deba hacerlo para confirmar sus intenciones o resolver algún asunto. Por ejemplo, cuando el sumo sacerdote puso bajo juramento a Jesús, este no se opuso y no le ocultó la verdad al Sanedrín judío (Mat. 26:63, 64). w12 15/10 4:1, 2
jueves, 13 de noviembre de 2014
Viernes 14 de noviembre
Me regocijé cuando estuvieron diciéndome: “Vamos a la casa de Jehová” (Sal. 122:1).
Es cierto que muchos aspectos de las asambleas han cambiado con el paso del tiempo, pero lo esencial permanece. En tiempos bíblicos había que hacer sacrificios para asistir a ellas, y lo mismo ocurre hoy; pero vale la pena. Desde el punto de vista espiritual, eran —y siguen siendo— acontec...imientos muy importantes. Nos dan el conocimiento y el entendimiento que tanto necesitamos para mantener una buena relación con Dios. Nos ayudan a aplicar lo que aprendemos, evitarnos problemas y concentrarnos en alcanzar metas que nos reconforten en vez de agobiarnos (Sal. 122:2-4). Con los años también ha cambiado la forma de organizar las asambleas. Antes algunas duraban ocho días. Había sesiones por la mañana, por la tarde y por la noche. El servicio del campo era parte del programa. Los voluntarios trabajaban arduamente para preparar desayunos, almuerzos y cenas para los asistentes. w12 15/9 5:15, 17
Jueves 13 de noviembre
Ninguno de nosotros está en posición de condenar a nadie (Mat. 7:1, 2). Pero sí podemos estar seguros de que Jehová actuará con justicia. Si le es difícil perdonar a una persona que cometió un mal y lo ofendió, pero está arrepentida, recuerde que en cierto sentido ella también es una víctima. También sufre las consecuencias de la imperfección heredada (Rom. 3:23). Jehová siente compasión por todos los seres humanos imperfectos. Por tanto, es apropiado que oremos por quien nos ha ofendido. Es improbable que sigamos enojados con alguien por quien oramos. Y Jesús indicó que no debemos abrigar resentimiento ni siquiera a quienes nos tratan mal, pues dijo: “Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen” (Mat. 5:44). w12 15/11 5:14, 15
martes, 11 de noviembre de 2014
Martes 11 de noviembre
Él se propuso una administración [para] reunir todas las cosas de nuevo en el (Efes. 1:9,
La administración que menciona el texto de hoy cumplirá su meta en dos fases. En la primera se prepara a la congregación de ungidos para la vida celestial con Jesucristo como su Cabeza espiritual. Esta fase empezó en el Pentecostés del año 33 de nuestra era, cuando Jehová comenzó a reunir a las personas que reinarían con Cristo en los cielos (Hech. 2:1-4). Gracias al sacrificio redentor de Cristo, los ungidos han sido declarados justos y, por tanto, dignos de vivir para siempre. Por eso, reconocen gustosos que han sido adoptados como “hijos de Dios” (Rom. 3:23, 24; 5:1; 8:15-17). En la segunda fase se prepara a los que vivirán en el Paraíso terrestre. La parte inicial de ese grupo la compone la “gran muchedumbre” (Rev. 7:9, 13-17; 21:1-5). Y durante el Reinado Milenario se les unirán miles de millones de resucitados (Rev. 20:12, 13). Los que permanezcan fieles serán adoptados como “hijos de Dios” que habitarán este planeta (Rom. 8:21; Rev. 20:7, 8). w12 15/7 4:3, 4
lunes, 10 de noviembre de 2014
Lunes 10 de noviembre
Él no Dios de muertos, sino de vivos (Luc. 20:38
A medida que el mundo de Satanás se acerque a su fin, sus “dolores de angustia” irán empeorando (Mat. 24:7, 8). Y, desde luego, las cosas se pondrán aún más difíciles durante la gran tribulación. Los servicios públicos y demás sistemas organizados de este mundo se vendrán abajo, y la gente temerá por su propia vida (Hab. 3:16, 17). Completamente desesperados, buscarán refugio, por así decirlo, “en las cuevas y en las masas rocosas de las montañas” (Rev. 6:15-17). Pero ni las cuevas literales ni las organizaciones políticas y comerciales que ahora parecen firmes como montañas les brindarán protección alguna. Los siervos de Jehová, en cambio, seguirán disfrutando de la seguridad de su “verdadera morada”, Jehová Dios (Sal. 90:1). Incluso quienes mueran fieles antes de que comience la gran tribulación estarán seguros con Jehová, “porque para él todos ellos viven”. Es como si sus siervos leales que han muerto todavía vivieran, pues es un hecho que los va a resucitar (Ecl. 7:1). w13 15/3 4:15-17
sábado, 8 de noviembre de 2014
Domingo 9 de noviembre
Tú me has asido de la mano derecha. [...] Me llevarás aun a la gloria (Sal. 73:23, 24).
¿Cómo da gloria Jehová a sus siervos humildes? Él nos honra de muchas formas. Por ejemplo, nos bendice al permitirnos conocer cuál es su voluntad (1 Cor. 2:7). Si escuchamos su palabra y le obedecemos, nos honra con su amistad (Sant. 4:8). Además, Dios ha puesto al cuidado de sus siervos un valioso tesoro: el ministerio cristiano (2 Cor. 4:1, 7). Si nosotros somos fieles y honramos a Dios en ese ministerio, él nos honra con una buena reputación ante él y ante la congregación (1 Sam. 2:30; Prov. 11:16; 22:1). Y si esperamos en Jehová y andamos en su camino, él nos dará un maravilloso futuro, pues la Biblia promete: “[Dios] te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás” (Sal. 37:34). Así que tenemos la firme esperanza de ser honrados con vida eterna (Sal. 37:29). w13 15/2 4:3-5
¿Cómo da gloria Jehová a sus siervos humildes? Él nos honra de muchas formas. Por ejemplo, nos bendice al permitirnos conocer cuál es su voluntad (1 Cor. 2:7). Si escuchamos su palabra y le obedecemos, nos honra con su amistad (Sant. 4:8). Además, Dios ha puesto al cuidado de sus siervos un valioso tesoro: el ministerio cristiano (2 Cor. 4:1, 7). Si nosotros somos fieles y honramos a Dios en ese ministerio, él nos honra con una buena reputación ante él y ante la congregación (1 Sam. 2:30; Prov. 11:16; 22:1). Y si esperamos en Jehová y andamos en su camino, él nos dará un maravilloso futuro, pues la Biblia promete: “[Dios] te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás” (Sal. 37:34). Así que tenemos la firme esperanza de ser honrados con vida eterna (Sal. 37:29). w13 15/2 4:3-5
Sábado 8 de noviembre
Hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo (2 Ped. 1:21).
¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Adónde vamos? ¿Por qué está el mundo como está? ¿Qué nos sucede al morir? Personas de todo el planeta se hacen estas preguntas. ¿Cómo sabríamos la respuesta a estos y otros interrogantes trascendentales si no fuera por la Palabra inspirada de Dios? Ahora bien, ¿de qué forma fueron guiados por espíritu santo los escritores bíblicos? ¿Se les dictó frase por frase lo que tenían que poner, o simplemente se les comunicaron las ideas para que las expresaran en sus propias palabras? Para entenderlo, pensemos en un empresario que elabora una carta. Cuando es importante utilizar ciertos términos, la escribe él mismo o se la dicta a su secretaria, y luego él la firma. Otras veces, el empresario solo le indica las ideas principales a la secretaria, quien entonces prepara la carta empleando su propio estilo y vocabulario. Después, él tal vez la revise y le pida a ella que haga los cambios necesarios. Al final, la carta también lleva la firma del empresario, y se considera que él es su autor. w12 15/6 4:1, 4
jueves, 6 de noviembre de 2014
Viernes 7 de noviembre
Tú, [...] el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? (Rom. 2:21.)
Un matrimonio que fracasa pone en entredicho el estado espiritual de los cónyuges. El apóstol Pablo planteó esta seria pregunta: “Si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?” (1 Tim. 3:5). Cuando ambos afirman ser cristianos y aun así su matrimonio falla, quienes observen la situación pueden pensar que en realidad predican una cosa y hacen otra (Rom. 2:22-24). Si dos cristianos bautizados están planeando separarse o divorciarse sin base bíblica, es evidente que algo anda mal en su vida espiritual. Puede ser que uno o quizás ambos cónyuges no estén aplicando los principios bíblicos. Si verdaderamente confiaran en Jehová “con todo [su] corazón”, tendrían que ser capaces de salvar su matrimonio (Prov. 3:5, 6). w12 15/5 2:7, 8
Jueves 6 de noviembre
¡Vuelve, por favor, en tontedad el consejo de Ahitofel, oh Jehová! (2 Sam. 15:31.)
Veamos el caso de Absalón. Cegado por la ambición, estaba decidido a usurpar el trono de su padre, el rey David. Comenzó “robándose el corazón de los hombres de Israel”, es decir, ganándose su favor con astutas promesas y fingidas expresiones de afecto. Los abrazaba y besaba como si de verdad se preocupara por ellos y sus necesidades (2 Sam. 15:2-6). Consiguió poner de su parte hasta al consejero de confianza de David, Ahitofel, quien se volvió traidor y se unió a la rebelión. En los Salmos 3 y 55, David expresa cómo se sintió por tan terrible deslealtad (Sal. 3:1-8; 55:12-14). La conspiración contra el rey nombrado por Jehová puso de manifiesto que Absalón no sentía ningún respeto por la soberanía divina, y que era un ser ambicioso y descarado (1 Crón. 28:5). Al final, el golpe fracasó y David siguió reinando como el ungido de Jehová. w12 15/4 2:5
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Miércoles 5 de noviembre
La canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia (Prov. 16:31).
No está mal que nos preocupemos por nuestra apariencia. Sin embargo, no hay que tratar de eliminar a toda costa los signos de envejecimiento, que en realidad pueden reflejar madurez, dignidad y belleza interior. Pensemos en lo que dice el texto de hoy. Para Jehová es mucho más importante lo que somos por dentro, y para nosotros también debería ser así (1 Ped. 3:3, 4). ¿Es prudente, entonces, someterse a operaciones o tratamientos arriesgados tan solo para lucir más atractivos? Sin importar la edad o el estado físico, “el gozo de Jehová” nos hace realmente bellos (Neh. 8:10). Solo en el nuevo mundo tendremos plena salud y recuperaremos la belleza juvenil (Job 33:25; Is. 33:24). Hasta entonces, la sabiduría y la fe nos ayudarán a mantenernos cerca de Jehová mientras hacemos todo lo que nos permitan nuestras circunstancias (1 Tim. 4:8). w13 15/1 3:10
domingo, 2 de noviembre de 2014
Los ojos de Jehová están en todo lugar (Prov. 15:3).
Los ojos de Jehová están en todo lugar (Prov. 15:3).
Aunque David temió a Dios, cometió pecados graves. Dos de ellos tuvieron que ver con un matrimonio, el de Urías y Bat-seba. El rey añadió a su adulterio con Bat-seba el asesinato de Urías, un hombre inocente. Las consecuencias fueron dolorosas para todos los implicados. No obstante, la forma en que Dios corrigió a David nos dice mucho sobre el perdón divino. Él le envió a su profeta Natán. Como es un Dios que quiere perdonar, parece que deseaba encontrar un motivo para mostrarle misericordia. ¿No es alentadora la forma en que se encargó del asunto? Él no obligó a David a confesar; simplemente hizo que Natán le relatara una historia que resaltaba la gravedad de sus pecados (2 Sam. 12:1-4). Aquel resultó ser un modo muy eficaz de atender la situación. David comprendió la gravedad de sus actos y admitió apesadumbrado: “He pecado contra Jehová” (2 Sam. 12:5-14). w12 15/11 4:3, 5-7
Aunque David temió a Dios, cometió pecados graves. Dos de ellos tuvieron que ver con un matrimonio, el de Urías y Bat-seba. El rey añadió a su adulterio con Bat-seba el asesinato de Urías, un hombre inocente. Las consecuencias fueron dolorosas para todos los implicados. No obstante, la forma en que Dios corrigió a David nos dice mucho sobre el perdón divino. Él le envió a su profeta Natán. Como es un Dios que quiere perdonar, parece que deseaba encontrar un motivo para mostrarle misericordia. ¿No es alentadora la forma en que se encargó del asunto? Él no obligó a David a confesar; simplemente hizo que Natán le relatara una historia que resaltaba la gravedad de sus pecados (2 Sam. 12:1-4). Aquel resultó ser un modo muy eficaz de atender la situación. David comprendió la gravedad de sus actos y admitió apesadumbrado: “He pecado contra Jehová” (2 Sam. 12:5-14). w12 15/11 4:3, 5-7
Domingo 2 de noviembre
Oh Jehová, tú mismo has resultado ser una verdadera morada para nosotros (Sal. 90:1).
¿Se siente como en casa en este mundo? Si no es así, usted no es el único. A lo largo de la historia, todos los que han amado de verdad a Jehová se han sentido como forasteros en este sistema de cosas. Por ejemplo, hubo fieles siervos de Dios que, mientras se mudaban de campamento en campamento en la tierra de Canaán, “declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales” (Heb. 11:13). Al igual que ellos, los discípulos ungidos de Jesús, cuya “ciudadanía existe en los cielos”, se consideran “forasteros y residentes temporales” en este sistema de cosas (Filip. 3:20; 1 Ped. 2:11). Y las “otras ovejas” de Cristo “no son parte del mundo”, así como él tampoco lo fue (Juan 10:16; 17:16). Pero los siervos de Dios no están “sin techo”. Al contrario, disfrutan de la protección del hogar más seguro y acogedor imaginable, un hogar que puede verse con los ojos de la fe. w13 15/3 4:1, 2
Lunes 3 de noviembre
Los ojos de Jehová están en todo lugar (Prov. 15:3).
Aunque David temió a Dios, cometió pecados graves. Dos de ellos tuvieron que ver con un matrimonio, el de Urías y Bat-seba. El rey añadió a su adulterio con Bat-seba el asesinato de Urías, un hombre inocente. Las consecuencias fueron dolorosas para todos los implicados. No obstante, la forma en que Dios corrigió a David nos dice mucho sobre el perdón divino. Él le envió a su profeta Natán. Como es un Dios que quiere perdonar, parece que deseaba encontrar un motivo para mostrarle misericordia. ¿No es alentadora la forma en que se encargó del asunto? Él no obligó a David a confesar; simplemente hizo que Natán le relatara una historia que resaltaba la gravedad de sus pecados (2 Sam. 12:1-4). Aquel resultó ser un modo muy eficaz de atender la situación. David comprendió la gravedad de sus actos y admitió apesadumbrado: “He pecado contra Jehová” (2 Sam. 12:5-14). w12 15/11 4:3, 5-7
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