Jueves 20 de octubre
Presten ayuda a los que son débiles (Hech. 20:35).
Tal vez sepamos por experiencia propia que recuperarse de una enfermedad grave puede tomar tiempo. De manera parecida, el cristiano que se ha debilitado espiritualmente por sus propios errores o por circunstancias muy adversas tal vez necesite tiempo para recuperarse. Es cierto que él tendrá que fortalecer su fe estudiando, orando y participando en las actividades cristianas. Pero nosotros, ¿seremos pacientes con él? Y mientras lucha por salir a flote, ¿estaremos a su lado mostrándole amor? Hagamos todo lo posible para que los débiles se sientan valorados y queridos (2 Cor. 8:8). Nunca olvidemos que cuando ayudamos a nuestros hermanos sentimos la felicidad que solo se siente al dar. También aprendemos a demostrar empatía y paciencia. Pero nosotros no somos los únicos que se benefician; toda la congregación se vuelve más cariñosa. Y, lo que es más importante, al “prestar ayuda a los que son débiles” imitamos a Jehová, quien considera valiosa a cada persona. w14 15/6 3:18, 19
No hay comentarios:
Publicar un comentario