Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu (Sal. 34:18).
David afrontó muchas circunstancias difíciles en la vida (1 Sam. 30:3-6). Las palabras que escribió bajo inspiración muestran que Jehová era muy consciente de sus sentimientos (Sal. 56:8). Y claro, también está al tanto de los nuestros. Cuando nos invade la tristeza y estamos “quebrantados de corazón” o “aplastados en espíritu”, él se acerca a nuestro lado. Esto en sí ya nos reconforta, como le sucedió a David, quien dijo en uno de sus cánticos: “Estaré gozoso y me regocijaré en tu bondad amorosa, puesto que has visto mi aflicción; has sabido acerca de las angustias de mi alma” (Sal. 31:7). Pero Dios no solo conoce nuestros problemas, sino que nos sostiene dándonos consuelo y ánimo. Y uno de los medios que emplea para ello son las reuniones cristianas. Puede que nos sintamos agotados por tener que soportar las injusticias del mundo controlado por Satanás. Pero al reunirnos con nuestros hermanos recibimos alivio y ayuda para seguir sirviendo a Jehová con gozo. w12 15/4 5:14, 15
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