Lunes 28 de julio
Vigilen cuidadosamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios (Efes. 5:15).
Los dispositivos electrónicos están a la orden del día en todas partes. Si se emplean bien, son instrumentos útiles, pero si no, pueden dañar la relación que tenemos con Jehová. Tomemos el caso de las computadoras. Estos aparatos pueden ser eficaces herramientas de investigación y comunicación, y a veces sirven para que uno se divierta. Pero existe el riesgo de que la tecnología informática se convierta en una obsesión. Astutos anunciantes convencen a la gente de que debe tener los productos de última generación. Un joven deseaba tanto cierta tableta electrónica que en secreto vendió uno de sus riñones para comprársela. ¡Qué estupidez! Pues mucho peor aún es sacrificar nuestra relación con Jehová por dar a la tecnología un uso incorrecto o excesivo. Un cristiano tenía el mal hábito de estar conectado a Internet hasta muy tarde. Para romper con la mala costumbre, programó su computadora para que se apagara sola a la hora que debía irse a dormir. w13 15/1 3:3, 4
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